Este miércoles, la Mesa del Congreso ha acordado suspender a José Luis Ábalos como diputado, según fuentes parlamentarias tras una reunión extraordinaria en la Cámara Baja. Esta decisión se produce después de que el Tribunal Supremo notificara la desestimación completa del recurso de apelación que el exministro presentó contra el auto del magistrado instructor, paso necesario para iniciar el procedimiento de suspensión.
La suspensión se basa en el artículo 21.2 del Reglamento del Congreso, que indica que un diputado debe ser suspendido en sus derechos y obligaciones parlamentarias cuando, tras la aprobación de un suplicatorio y con un auto de procesamiento firme, se encuentre en prisión preventiva.
Implicaciones de la suspensión
La suspensión de Ábalos implica diversas consecuencias. Primero, dejará de recibir su remuneración como diputado. Además, será excluido de la cobertura de protección social financiada por el presupuesto del Congreso y de la póliza de accidentes contratada por las Cortes Generales.
También perderá todos sus derechos funcionales, incluido el derecho a voto, lo que reduce el número total de votos posibles en el Congreso a 349. Aunque esta modificación no altera significativamente la distribución parlamentaria, puede complicar las votaciones más reñidas para el Gobierno y fortalecer la influencia de partidos como Junts o Podemos.
Asimismo, el Grupo Mixto, al que Ábalos se unió tras su expulsión del PSOE, verá disminuir la subvención que recibe, la cual se calcula según el número de diputados que forma parte del grupo.
El escaño permanece sin cambios por el momento
Aunque Ábalos está suspendido, conserva su escaño. La normativa vigente establece que solo perdería su acta si renunciara voluntariamente o existiera una sentencia firme en su contra. Por lo tanto, seguirá siendo diputado en términos representativos, aunque sin derecho a voto ni otros derechos parlamentarios durante el periodo de suspensión.
