Las Islas Baleares están reforzando su relevancia geopolítica en el Mediterráneo mediante recientes inversiones militares y el despliegue estratégico tanto de la Armada española como de países aliados de la OTAN. Entre los proyectos principales se encuentra la edificación de un depósito de municiones de alta seguridad en la base aérea de Son Sant Joan, en Palma, así como el aumento del uso de puertos como el de Mahón para operaciones navales.
En octubre, el Ejército del Aire adjudicó la construcción de un almacén de armamento con dimensiones de 27 metros de longitud, 9 metros de ancho y 4,5 metros de altura, con capacidad para 75 toneladas. Este proyecto, cuya inversión asciende a 1,6 millones de euros y que se prevé concluir a mediados del próximo año, está destinado a mejorar la capacidad operativa del Ala 49 y del Escuadrón 801.
La base de Palma, conocida en círculos militares como “el portaaviones de España en el Mediterráneo”, se ha consolidado como un punto esencial para mantener la superioridad aérea y garantizar una respuesta eficaz ante posibles amenazas en la zona. Francisco Braco, teniente general y jefe del Ejército del Aire, ha destacado que, aunque España no está en conflicto bélico, es vital mantener una preparación estratégica ante los desafíos globales y europeos.
Además del Ejército del Aire, la Armada española cuenta en Baleares con aproximadamente un centenar de efectivos distribuidos en estaciones navales situadas en Porto Pi, Mahón e Ibiza. Estas bases facilitan la cooperación con fuerzas aliadas, ejemplificada recientemente por la escala del portaeronaves estadounidense USS Gerald R. Ford en Palma, una nave de última generación que puede transportar 75 aeronaves y hasta 5.000 militares.
El capitán de navío Javier Núñez de Prado, jefe del sector naval de Baleares, resaltó la relevancia estratégica del archipiélago: “Las Baleares están recuperando un papel geopolítico significativo. Nuestra localización nos posiciona como un punto fundamental para la seguridad del Mediterráneo occidental y el apoyo a la OTAN”.
Aunque ciertos partidos locales y la presidenta de las Islas Baleares, Marga Prohens, han manifestado su descontento por la falta de comunicación previa acerca de varios proyectos, la presencia militar en el archipiélago cuenta con un respaldo social amplio y contribuye a fortalecer la seguridad nacional en un contexto global con tensiones en aumento.