Por Plutarco
Es una verdadera pena que todos los esfuerzos que se hacen desde las diferentes administraciones, para que la calidad de vida de los ceutíes sea cada día un poco mejor, se vean malogradas por el vandalismo, elincivismo y el desmadre que se vive en nuestras calles, barrios y plazas.
Es cada vez más frecuente que nos acostumbremos a que muchos dueños de mascotas hagan de las aceras su propio inodoro permanente, pero claro, como no hay nadie que aplique las ordenanzas, pues tenemos que andar continuamente por nuestras calles sorteando toda clase de desechos. Da igual que el ayuntamiento se gaste una fortuna para limpiar, sin la colaboración de los vecinos, incluyendo los dueños de mascotas, y sin una policía local que ponga a los incumplidores en su sitio, no hay nada que hacer.
Si paseamos por las zonas peatonales es frecuente ver como muchos ciclistas y usuarios de patinetes eléctricos circulan en dirección contraria y poniendo en serio peligro a los viandantes. Se ha convertido en una actividad de riesgo pasear por algunas zonas peatonales y algunas aceras; pero de nuevo no se hace nada. Como cada día hay menos policías locales patrullando por las calles a pie, y cuando los hay da igual porque no se
paran a estos desalmados que campan a sus anchas con las bicicletas y los patines eléctricos. Es más importante estar de charla con los compañeros o los amigos, o quizás mirando el teléfono móvil a todas horas. Una verdadera pena.
Si hablamos de basuras otro tanto de lo mismo. Es diario que no se cumplan los horarios. Desde primeras horas de la mañana es habitual ver los contenedores llenos de bolsas de basura, si es que no vemos las basuras por las aceras. No es tan difícil, supongo, poner un control de vez en cuando en las zonas de contenedores, desde las 7 de la mañana, para coger in fraganti a l@s mal@s vecin@s, denunciarlos y que respeten las normas y los horarios. Pues tampoco se hace.
Si hablamos del desmadre de las motocicletas en nuestra ciudad es para llorar. Cada día y a todas horas vemos como muchos motoristas hacen barbaridades de todo tipo sin que nadie haga nada. En este asunto somos la ciudad sin Ley. Circules por la Marina, por la Avenida de España, por el desdoblamiento del Paseo de las Palmeras, por el Recinto Sur o por cualquier otro sitio, para la mayoría de los motoristas no hay normas de
circulación: adelantan por donde quieren y como quieren, aparcan donde
les da la gana, circulan en dirección prohibida y por las aceras, etc, etc, etc. Todo un compendio de desmadre permitido, consentido y hasta, a veces, perpetrado por los mismos agentes que debieran dar ejemplo.
Del ruido ni hablamos. Es también muy frecuente que no respetemos ni siquiera las horas nocturnas. Se toca el claxon a cualquier hora y sin límite. Nos hemos acostumbrado a que a altas horas de la madrugada haya personas dando gritos por las calles sin que ninguna autoridad intervenga. Por desgracia, nadie piensa en los demás y cada uno va a lo suyo, pese a quien pese.
Si vamos a cualquier restaurante, tenemos que terminar hablando a gritos, porque lo normal es que en las distintas mesas los comensales hablen a gritos. Quizás es que se han perdido definitivamente las formas y cada vez se echa mas en falta que nos comportemos con un poco de más educación y con mejores modales.
Creo sinceramente que todo obedece a un fracaso estrepitoso de la educación familiar y de la inacción de las autoridades. ¡Qué pena de Ceuta!