Un grupo de pescadores españoles alerta sobre la venta indebida de la perca asiática bajo la denominación de lubina europea, lo que representa un engaño para el consumidor y un riesgo para el sector acuícola del Mediterráneo.
Pescadores y acuicultores españoles han detectado envíos de pescado etiquetados como “lubina” que corresponden a la especie barramundi o perca gigante asiática (Lates calcarifer), en lugar de la lubina europea (Dicentrarchus labrax). Denuncian que esta práctica va más allá de un simple error y afecta la competencia leal y la transparencia hacia el consumidor.
La Federación Europea de Productores Acuícolas señala que llamar “lubina” a especies diferentes incumple los principios de trazabilidad y transparencia, y pone en peligro el prestigio del producto europeo en mercados exigentes. Por ello, exige que únicamente la lubina europea se comercialice bajo ese nombre, mientras que otras especies deberían identificarse con etiquetas claras como «barramundi», «perca gigante» o «lubina asiática».
Desde el sector acuícola en España destacan las diferencias entre ambas especies: la lubina mediterránea se cría bajo normas de sostenibilidad, con aguas frías, alimentación controlada y estándares europeos. Por su parte, la barramundi procede de ecosistemas distintos, con condiciones de cultivo diferentes y a veces costos inferiores, lo que podría motivar su venta bajo la marca europea más reconocida.
El impacto económico para España es significativo: en 2022 la producción de lubina generó más de 131 millones de euros en primera venta, con cerca de 23.622 toneladas. Si la reputación se ve afectada o parte de esta producción se sustituye, tanto volumen como precio podrían disminuir.
Ante esta situación, los pescadores solicitan:
- Que la cadena comercial garantice la identificación clara de la especie ofrecida.
- Que las autoridades europeas y españolas incrementen los controles de etiquetado y sancionen las irregularidades en la identificación de especies.
- Mejorar la información al consumidor para distinguir la verdadera lubina de especies sustitutas.
Advierten que si no se toman medidas, el pescado cultivado en el Mediterráneo podría perder cuota y prestigio frente a productos importados, debilitando las garantías de origen, calidad y trazabilidad tan valoradas en este sector.



