La segunda al mando del líder laborista Keir Starmer y actual ministra de Vivienda, ha reconocido no haber pagado los impuestos correspondientes en la compra de un apartamento.
De acuerdo con la información difundida, la viceprimera ministra laborista obtuvo un ahorro próximo a las 40.000 libras al eliminar su nombre de otra propiedad que poseía, lo que hizo que la nueva vivienda fuera considerada su único activo inmobiliario y, por tanto, le permitió tributar una cantidad menor a la correspondiente.
Este asunto ha generado un debate político y mediático acerca de la transparencia en materia fiscal de los altos cargos del Gobierno, especialmente dado el rol fundamental de la ministra en temas de vivienda. Fuentes cercanas a ella sostienen que se trató de un error administrativo que ya fue corregido, aunque la oposición ha solicitado explicaciones públicas y mayor claridad sobre las circunstancias de esta operación.