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Dajla y el puerto Atlántico de Marruecos: un desafío estratégico para Canarias

La construcción del puerto Dakhla Atlantique, ubicado a menos de 500 kilómetros de Gran Canaria, fortalece la influencia geopolítica de Marruecos en el Atlántico medio y representa posibles riesgos para los intereses canarios y españoles.

Dajla, ciudad situada en la costa del Sáhara Occidental, es actualmente uno de los elementos clave en el escenario geopolítico del Atlántico medio. Su proyectado puerto, denominado Dakhla Atlantique, avanza como una infraestructura estratégica central para Marruecos, con repercusiones directas para Canarias en los ámbitos portuario, político y estratégico.

Localizada aproximadamente a 475 kilómetros de Gran Canaria, Dajla se halla en un territorio cuyo estatus jurídico internacional sigue sin resolverse y que Naciones Unidas considera pendiente de descolonización. No obstante, Marruecos continúa estableciendo hechos consumados en la zona. La obra del nuevo puerto, que está alrededor del 40% de avance y se espera concluir entre 2028 y 2029, busca consolidarse como una plataforma logística, industrial y energética de gran escala, orientada al comercio atlántico, la exportación pesquera y agrícola, y a conectar con África occidental y América.

El proyecto forma parte de la llamada Iniciativa Atlántica marroquí, una estrategia a largo plazo mediante la cual Rabat intenta afianzar su presencia en las rutas marítimas del Atlántico medio. Alrededor del puerto se prevén zonas industriales, infraestructura vial, desarrollos en energías renovables y esfuerzos diplomáticos para atraer inversión extranjera y obtener reconocimiento internacional.

Más allá de las implicaciones económicas, el trasfondo es eminentemente político. El control efectivo de Dajla permitiría a Marruecos reforzar su reclamación de soberanía sobre el Sáhara Occidental y, por ende, procurar delimitar aguas territoriales y zonas económicas exclusivas con base en esa costa. Este contexto afectaría directamente a Canarias en asuntos cruciales como la pesca, el acceso a recursos, la delimitación marítima y el control del espacio aéreo y marítimo atlántico. Adicionalmente, el puerto de Dajla se erige como un posible competidor de los puertos canarios, poniendo en riesgo el papel histórico del archipiélago como centro logístico entre Europa, África y América.

Dicha situación se desarrolla en un territorio en disputa entre Marruecos y el pueblo saharaui, donde España mantiene una responsabilidad internacional como antigua potencia administradora. Sin embargo, la política exterior española muestra una creciente ambigüedad. Aunque oficialmente Madrid respalda el marco de Naciones Unidas y el derecho de autodeterminación, en la práctica ha emitido señales que Marruecos interpreta como un apoyo a su estrategia, especialmente tras el respaldo al plan marroquí de autonomía para el Sáhara, que carece de valor jurídico internacional.

Esta ambivalencia ha quedado evidenciada con acciones concretas. La reciente misión comercial de empresarios canarios a Dajla ha sido vista como un reconocimiento de facto de la soberanía marroquí sobre el territorio, normalizando una situación que no tiene reconocimiento internacional y debilitando la posición futura de España. Además, la última Reunión de Alto Nivel entre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el jefe del Ejecutivo marroquí, Aziz Ajanuch, relegó nuevamente el asunto del Sáhara, mientras Marruecos consolidaba su agenda sin contraprestaciones evidentes.

El resultado es una marcada asimetría estratégica. Marruecos aplica una política coherente, expansiva y sostenida en el Atlántico medio, mientras España adopta una postura caracterizada por la ambigüedad o la falta de acción. Esta dinámica impacta directamente en los intereses de Canarias, especialmente en un contexto de creciente competencia portuaria y de próxima redefinición de los espacios marítimos.

Dajla, lejos de ser un tema lejano, se configura como un elemento central en el Atlántico en cambio. Desestimar su importancia o aceptar como irreversible una situación basada en hechos consumados no significa neutralidad, sino una cesión estratégica cuyos efectos podrían ser significativos y duraderos para Canarias y para toda España.

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