Por Ramón Rodríguez Casaubón
Creo que el título ya lo dice todo, no obstante, articularé un breve comentario sobre lo diáfano del comienzo. Año 2025: el PP de Ceuta, en evidente minoría, con votos a favor de hasta el PSOE y abstenciones simuladas, saca adelante las cuentas. He de reconocer ante los oyentes que dudé en titular mi intervención de hoy como “el voto útil del PSOE o ¡cómo aparentar oposición sin despeinarse!”, pero luego me acusan de meterme con el PSOE, así que me explicaré.
Los presupuestos del 26 vienen envueltos en promesas de desarrollo y concordia. De hecho, si no estoy confundido, el PP ha presentado el proyecto bajo el lema “Confianza, Crecimiento y Convivencia”. Lástima que realmente signifique: “Confianza” en que continuarán engañando a los ceutíes; “Crecimiento” de las fortunas que siguen al lado del PP de una u otra forma; y “Convivencia” de los distintos grupos políticos, que hacen como que hacen oposición, con las corruptelas del PP ceutí.
No me queda más remedio que aludir en este momento al voto útil del PSOE, nítidamente manifestado el pasado año con su clásico doble juego: vota sí a las cuentas del PP tras conseguir unas partidas simbólicas pero llamativas; y ahora anuncia que “no votará positivo” salvo que… bueno, que algo cambie, aunque nadie sabe bien qué.
¡Magnífico voto útil para Vivas! En forma activamente positiva —es decir, ¡sí!— o pasivamente afirmativa —abstención—. Del resto de grupos políticos solo indicar que teatralizan la coreografía del PP con gran precisión en la Asamblea.
Dado que este nuevo, vetusto, PSOE está repleto de docentes, modificaré el título inicial por: “PSOE Ceuta: maestros del ‘sí condicionado’. Promesas, titulares y cero transformaciones reales. Bienvenidos a la política circense”, con el señor Vivas como jefe de pista.
Vemos cómo es tremendamente complejo conseguir un título estático para este artículo dada la gran versatilidad del PSOE para hacer como que hace sin hacer nada. La rosa ceutí nos enseña que la política consiste en salir bien en la foto, no en cambiar nada, por más que se marchiten los pétalos en el fanal de la desilusión. De los votantes.
Ah, mi querida Ceuta, más que la “perla del Mediterráneo” es tierra de presupuestos espectaculares y compromisos etéreos. Efímeros. Donde se gestionan las percepciones y se despilfarran los dineros. Donde la oposición rendida a los euros enaltece al Presidente mientras la esperanza decrece y el aliento de Marruecos nos eriza los pelos de la coronilla. O del cogote.
Me gustaría que los ceutíes nos hiciéramos las siguientes preguntas, y si es posible las contestemos:
¿Ha cambiado realmente su vida, a mejor, tras los presupuestos del anterior año?
¿Las treinta y cinco partidas de setenta millones de 2025 fueron ejecutadas?
Me refiero, en concreto, señores y señoras socialistas ceutíes, a partidas que tienen que ver, por ejemplo, con los veintitrés millones de euros para la construcción de vivienda pública; o la de siete millones para la rehabilitación de las viviendas de Príncipe Felipe; o la de cinco millones para la rehabilitación de Juan XXIII. Esas que vendieron a bombo y platillo el año pasado para aprobar las cuentas del PP.
¿El empleo ha crecido cualitativa y cuantitativamente?
PP, ¿creías que no iba a hablar de ti?
Es notorio que su estrategia se basa en haber convertido la Asamblea en un mercado persa. Se apoya en votos que no provienen de una negociación con quienes no piensan igual que ustedes —y eso que ya han visto lo fácil que es que los socialistas les ayuden—. Correr en brazos de los “no adscritos” plantea cuestiones relacionadas con la estabilidad política, pero sobre todo con la legitimidad de la representatividad. Además de reducir el espacio del debate parlamentario clásico y reforzar la lógica de pactos de última hora o, incluso, poder plantear la sombra de la compra-venta de voluntades.
Hace tiempo que Vivas dejó a un lado la política para centrarse en el clientelismo y la pervivencia de su estilo. Triste legado nos deja e indeleble estigma.
No desearía concluir sin citar a Soul Etspes: “En unos presupuestos, si la ejecución no acompaña, el mérito se diluye hasta la inexistencia.”




