Desde el jueves pasado, las autoridades del sureste de Kenia han desenterrado 24 cadáveres vinculados a una secta que condujo a más de 400 personas a fallecer por inanición bajo la creencia de “reunirse con Jesús”.
Estos cuerpos fueron encontrados en fosas clandestinas situadas en la región de Shakahola, donde se sospecha que los miembros de la secta fueron sometidos a manipulación y coacción. Las investigaciones locales siguen en curso para identificar a las víctimas y esclarecer las circunstancias de este suceso.
Este caso ha generado preocupación a nivel mundial, mientras especialistas en sectas alertan sobre los riesgos de grupos que distorsionan creencias religiosas con propósitos extremos. Las pesquisas continúan abiertas, y las familias afectadas buscan información sobre sus allegados.