La Policía Federal de Brasil detuvo al expresidente Jair Bolsonaro en una acción que tomó por sorpresa a diversos sectores. Este arresto preventivo se realizó en un contexto de tensión política y fue justificado como una medida para mantener el orden público.
Según reportes, un equipo de agentes se presentó en la residencia de Bolsonaro en Brasilia. La medida ocurre mientras el exmandatario cumplía prisión domiciliaria por su implicación en un intento de golpe de Estado.
En un breve comunicado, las autoridades policiales especificaron que actuaron bajo una «orden de prisión preventiva» emitida por la Corte Suprema, sin detallar a quién iba dirigida exactamente la orden.
La detención tuvo lugar justo un día después de que los abogados del expresidente solicitaran al tribunal superior que le permitieran cumplir una condena de 27 años en régimen domiciliario, alegando problemas de salud.
Bolsonaro fue encarcelado el 4 de agosto tras no acatar una serie de medidas cautelares impuestas por la justicia. De esta manera, la situación política en Brasil permanece tensa, con la figura del exmandatario en el centro del debate nacional.
La sentencia en su contra, dictada el 11 de septiembre, se debe a intentos de mantenerse en el poder con apoyo de exfuncionarios y militares tras su derrota electoral en 2022 frente al actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Brasil se prepara para un año electoral sin la participación directa de Bolsonaro. No obstante, el movimiento bolsonarista continúa siendo una influencia presente en las próximas elecciones y en el escenario político del país.
A pesar de la inhabilitación que podría extenderse hasta ocho años tras cumplir su condena, el expresidente sigue generando reacciones intensas entre sus seguidores y opositores, evidenciando que su legado y políticas siguen vigentes en la sociedad brasileña.
