La designación de Jeff Landry, gobernador de Luisiana, como enviado especial de Estados Unidos para Groenlandia ha provocado una fuerte reacción en Dinamarca y Groenlandia. Las autoridades consideran esta acción como una provocación y una amenaza a la soberanía del territorio ártico, que posee autonomía bajo la administración danesa.
Landry, reconocido por sus posturas ultraconservadoras y sin experiencia en asuntos árticos, declaró en redes sociales que sería un honor “contribuir a integrar Groenlandia a Estados Unidos”. Esta afirmación fue calificada como “totalmente inaceptable” por el ministro danés de Asuntos Exteriores, Lars Løkke Rasmussen, quien anunció que convocará al embajador estadounidense en Copenhague para solicitar una explicación formal.
“Todos los países, incluido Estados Unidos, deben respetar la integridad territorial del Reino”, afirmó Løkke. “La respuesta de Landry representa un ataque verbal contra la soberanía de Groenlandia y evidencia que el interés estadounidense en la isla sigue vigente”.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, y el primer ministro groenlandés, Jens-Frederik Nielsen, emitieron un comunicado conjunto destacando que la soberanía estatal es un principio esencial del derecho internacional y que Groenlandia pertenece a sus habitantes. Ambos líderes manifestaron su disposición a colaborar con otros países, incluido Estados Unidos, siempre que se respete la integridad territorial y los valores democráticos de la isla.
La diputada socialista groenlandesa Aaja Chemnitz Larsen calificó el nombramiento como “una falta de respeto” y advirtió que podría desafiar la unidad de la Comunidad del Reino, formada por Dinamarca, Groenlandia y las Islas Feroe. Chemnitz subrayó que la fragilidad social y económica de Groenlandia podría facilitar la influencia externa si no se fortalece la cohesión interna.
Este nombramiento de Landry representa un nuevo episodio en las tensiones relacionadas con Groenlandia, un territorio con abundantes recursos estratégicos y minerales, y pone de manifiesto el persistente interés de Estados Unidos por la isla.


