Los comedores escolares han tenido que servir platos fríos y algunas universidades han recurrido a fuentes alternativas de energía para mantener su actividad.
Un inesperado apagón afectó este martes a numerosos colegios y universidades de varias regiones de España, provocando situaciones de caos, suspensión de actividades y ajustes de emergencia en los servicios básicos de los centros educativos.
En Madrid, la falta de información inicial generó desconcierto entre el profesorado y el alumnado. Las clases se vieron interrumpidas en numerosos centros ante la imposibilidad de utilizar dispositivos electrónicos, proyectores o sistemas de climatización. Padres y madres manifestaron su preocupación por la seguridad y el bienestar de los estudiantes.
En Andalucía, la situación fue aún más crítica. La Junta anunció la suspensión temporal de las actividades académicas en varios municipios, ante la imposibilidad de garantizar unas condiciones mínimas de enseñanza. Los comedores escolares, afectados también por el corte eléctrico, se vieron obligados a modificar sus menús, sirviendo platos fríos al no poder utilizar las cocinas.
No obstante, algunas instituciones lograron mantener su funcionamiento gracias a alternativas energéticas. Es el caso de la Universidad de Almería, que resistió al apagón utilizando su sistema de generación de energía solar. Esta medida permitió continuar con las clases y mantener activos los servicios esenciales, convirtiéndose en un ejemplo de resiliencia energética.
Las autoridades aún no han precisado las causas exactas del apagón, aunque se investigan posibles fallos en la red de distribución. Mientras tanto, la situación ha reabierto el debate sobre la necesidad de dotar a los centros educativos de fuentes de energía sostenibles y sistemas de respaldo ante emergencias.
