Las acusaciones de presunto acoso sexual contra el exasesor de Moncloa, Paco Salazar, han provocado una división significativa dentro del partido socialista. La destitución de su segundo al mando, Antonio Hernández, no ha logrado calmar las exigencias de un sector crítico que reclama más renuncias en los niveles altos del partido.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) atraviesa una crisis interna derivada del denominado «caso Salazar», involucrando a uno de los colaboradores más cercanos del presidente del Gobierno tanto en Moncloa como en el partido. Las denuncias por supuestas conductas de acoso sexual han tensionado la organización, generando confrontaciones internas.
El líder socialista intentó manejar esta situación durante el fin de semana pasado, reconociendo en privado un «error» en la gestión del asunto y procediendo a destituir de forma inmediata a Antonio Hernández, quien era el asistente principal de Salazar en la Presidencia del Gobierno y quien fue señalado como posible encubridor.
Feminismo socialista como equilibrio interno
No obstante, la salida de Hernández no ha logrado resolver completamente la controversia. El grupo feminista dentro del socialista ha emergido como un fuerte contrapeso al liderazgo en Ferraz. Diversas fuentes indican que este sector reclama la asunción de responsabilidades adicionales tanto en el partido como en el Ejecutivo.
La dirección del PSOE está bajo escrutinio, pues algunos miembros y sectores de la opinión pública consideran que hubo un intento de cerrar el caso de Salazar sin la debida transparencia, afectando la confianza de los votantes, especialmente del colectivo femenino.
El incidente ha impactado directamente en el núcleo principal de poder, dado que Salazar y Hernández formaban parte del grupo de máxima confianza del presidente.
Impacto en Andalucía y pesquisa de filtraciones
La crisis ha cobrado mayor intensidad por la importancia del feminismo como una «línea roja» para las bases socialistas, lo cual ha motivado que las mujeres dentro del partido eleven sus demandas.
La Federación Socialista Andaluza, la mayor federación del PSOE en España, se ha convertido en el foco principal del conflicto, ya que tanto Salazar como Hernández pertenecen a esta federación.
En este contexto, el partido experimenta una tensión adicional derivada de la búsqueda interna del origen de las filtraciones a los medios. En el círculo cercano al presidente se señala que se ha identificado el origen del «fuego amigo» que reveló las acusaciones contra Salazar. Algunos dirigentes reconocen que esta disputa refleja, en parte, una sensación de agotamiento o «fin de ciclo» que comienza a calar dentro del socialismo.



