El Ceuta cerró 2025 de la mejor manera posible: con una victoria de prestigio en Anoeta ante una Real Sociedad B que compitió, pero acabó superada por la eficacia y el oficio del conjunto dirigido por José Juan Romero. En el Reale Arena, escenario de lujo para la última cita del año, los caballas demostraron que su crecimiento va en serio.
El partido arrancó con un breve periodo de tanteo. Durante los primeros minutos, ambos equipos se acercaron al área rival sin demasiada profundidad, intercambiando posesiones y centros sin destinatario claro. La igualdad inicial se rompió pronto.
La Real B aprovechó un desajuste defensivo para adelantarse en el marcador. Marriezkurrena filtró un balón en profundidad que dejó a Álex Marchal en posición franca, y el atacante definió con sutileza ante Carlos para poner el 1-0.
Lejos de acusar el golpe, el Ceuta reaccionó con personalidad. Carlos Hernández obligó a Aitor Fraga a lucirse tras un buen remate, mientras que Obeng rozó el empate con un disparo potente que se marchó rozando el poste. El dominio caballa fue creciendo con el paso de los minutos, aunque sin premio inmediato.
Kuki Zalazar, el jugador más activo del primer tiempo, fue quien terminó igualando el encuentro con una acción memorable. Tras un robo en campo rival, el uruguayo sorprendió con una espectacular vaselina desde larga distancia que se coló en la escuadra, imposible para Fraga. Un gol para recordar que devolvía la igualdad al marcador antes del descanso.
Tras el paso por vestuarios, el Ceuta dio un paso al frente. Youness lideró la salida de balón y encontró a Koné con un pase largo preciso. El delantero ganó la espalda a la defensa y definió con calidad para culminar la remontada (1-2).
El conjunto ceutí vivía sus mejores minutos y pudo ampliar la ventaja en varias acciones. Obeng tuvo otra ocasión clara de cabeza y Aisar estuvo cerca del gol con un centro que acabó estrellándose en el palo.
La sentencia llegó desde el punto de penalti. Aguirre cometió una imprudencia sobre Obeng dentro del área y Rubén Díez no falló desde los once metros, firmando el 1-3 y su cuarto tanto de la temporada.
En el tramo final, el Ceuta supo gestionar la ventaja con madurez. La Real B lo intentó sin demasiado acierto y Carlos respondió con seguridad cuando fue exigido. Con los cambios, el equipo ganó solidez y controló el partido hasta el pitido final.
Tres puntos para despedir el año y una sensación clara: el Ceuta ha aprendido a competir lejos de casa y sigue mirando hacia arriba en la clasificación.
