La Agrupación Deportiva Ceuta rozó la gesta en uno de los escenarios más imponentes de la categoría. Riazor, en plena ebullición y con el Deportivo en dinámica positiva, exigía el máximo a un equipo caballa que buscaba su segunda victoria como visitante para consolidarse en la zona alta. Sin embargo, pese a una actuación valiente y llena de personalidad, los de José Juan Romero regresaron de vacío tras caer por 2-1 en un encuentro de alto voltaje.
Un Ceuta valiente desde el inicio
El conjunto norteafricano saltó al césped sin complejos, adelantando líneas y presionando con intensidad la salida de balón gallega. El Dépor, vestido íntegramente de azul, apostó por una puesta en escena más pausada, tratando de medir el ímpetu visitante.

Los primeros avisos llegaron por el costado de Koné, muy activo en los duelos individuales. El delantero generó ventajas con sus desbordes y centros laterales. Respondió el conjunto local con una acción combinativa entre Yeremay y Mulattieri que obligó a intervenir a la zaga ceutí.
El encuentro fue ganando temperatura a medida que avanzaban los minutos. Una recuperación de Bodiger y un potente disparo de Konrad de la Fuente, detenido por Parreño, elevaron la presión en un duelo cada vez más intenso.

El Dépor golpea antes del descanso
El Deportivo empezó a monopolizar la posesión, obligando al Ceuta a buscar transiciones veloces sustentadas en el trabajo de recuperación de Bodiger y Youness. Sin embargo, la primera gran polémica llegó en el minuto 30: Noubi pisó el tobillo de Matos tras disputar un balón, una acción que pudo costarle la expulsión. El lateral ceutí reclamó con insistencia la tarjeta roja, que finalmente no llegó.
Poco después, Guille Vallejo protagonizó una de las paradas del campeonato al repeler un cabezazo a bocajarro de Mulattieri tras un gran centro de Yeremay. El portero burgalés sostuvo al Ceuta, que atravesaba un buen momento del partido.
Pero en el córner posterior llegó el 1-0. Luismi sirvió raso al primer palo, Yeremay giró sobre sí mismo y su disparo fue desviado por Carlos Hernández, descolocando a Guille. El Ceuta reclamó fuera de juego por la posición de Mario Soriano, pero el árbitro dio validez al tanto.
El Dépor rozó el segundo antes del descanso, primero con una llegada de Soriano y después con un disparo de Luismi al larguero. La primera parte concluyó con ventaja local y un Ceuta competitivo.
Un Ceuta atrevido, pero el Dépor amplía distancias
El inicio de la segunda mitad fue del Deportivo, que buscó ampliar su renta con acciones verticales de Mulattieri y Yeremay. Aun así, Konrad tuvo una ocasión clara tras un gran desborde que no encontró remate.
En el minuto 62, José Juan Romero movió el banquillo y dio entrada a Bassinga para reforzar el centro del campo. Pero cuando mejor se asentaba el Ceuta, llegó el 2-0. Un pase largo a la espalda de la defensa habilitó a Juan Diego ‘Stoichkov’, que definió con una elegante vaselina ante Guille Vallejo.
Lejos de rendirse, el Ceuta reaccionó. Marcos lo intentó con un disparo lejano y Anuar obligó a Parreño a intervenir tras un pase filtrado. El equipo caballa se mantenía con vida.
El Ceuta se mete en el partido
En una excelente combinación, Bodiger encontró el desmarque de Anuar, que asistió a Marcos para que este redujera distancias. El 2-1 encendió el partido y silenció por momentos a Riazor.
Romero introdujo cuatro cambios para el arreón final, aunque Bassinga tuvo que retirarse lesionado tras una caída. El Ceuta volcó el juego hacia el área rival, empujado por la sensación de que el empate no era una utopía.
Yeremay pudo sentenciar, pero de nuevo Guille Vallejo apareció para mantener vivo a su equipo. El portero, decisivo durante todo el encuentro, volvió a sostener a los suyos con intervenciones de mérito.

El Ceuta rozó el empate
Bodiger desperdició una oportunidad clara en el 89’, enviando fuera un disparo mordido tras un rechace. En el descuento, Diego González tuvo la más clara: un balón muerto en el área pequeña que no logró dirigir entre los tres palos. El banquillo caballa se llevó las manos a la cabeza.
El empuje final no obtuvo recompensa y el encuentro concluyó con un 2-1 que dejó sabor amargo en un Ceuta que compitió con orgullo y disciplina. El esfuerzo, sin embargo, no se vio reflejado en el marcador.



