El 1 de noviembre de 2025, Egipto abrió al público el Gran Museo Egipcio (GEM), ubicado a aproximadamente dos kilómetros de las emblemáticas Pirámides de Guiza. Este museo, destinado a convertirse en uno de los principales atractivos turísticos del país, ocupa un área de 500.000 metros cuadrados, con 192.000 metros dedicados a exposiciones sobre la civilización del Antiguo Egipto.
Este proyecto inició en febrero de 2002 con la colocación de su primera piedra, aunque las obras principales, bajo la dirección de la firma irlandesa Heneghan Peng Architects, comenzaron en 2006. Durante su construcción, se produjeron interrupciones debido a la inestabilidad política tras la Primavera Árabe. Finalmente, las labores se retomaron en 2014 y finalizaron en 2025, con capacidad para recibir alrededor de cinco millones de visitantes al año.
El museo exhibe una colección de 100.000 objetos que abarcan milenios, incluyendo 20.000 piezas que se muestran por primera vez. Entre ellas, sobresalen más de 5.000 artículos del ajuar funerario de Tutankamón. La inversión global del proyecto alcanzó aproximadamente 1.200 millones de dólares, principalmente financiados por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA).
Egipto, reconocido por ser cuna de una de las civilizaciones más antiguas y sofisticadas, ha mantenido un flujo turístico fluctuante a lo largo del tiempo. En 2010, logró su máximo histórico con más de 14 millones de visitantes, antes de la revolución de 2011. Posteriormente, la pandemia de Covid-19 en 2020 afectó gravemente el sector, aunque en 2024 los números casi alcanzaron los 16 millones de turistas.
El GEM representa una apuesta importante para la recuperación y el impulso del turismo nacional. Desde su apertura, ha despertado interés entre visitantes locales y extranjeros. Según Sayed Diab, guía turístico, el museo ha contribuido a un notable aumento en el número de visitantes.
Diab señala que el Gran Museo Egipcio ha cumplido con su objetivo de atraer turistas, llegando incluso a cerrar sus puertas algunos días por alcanzar su aforo máximo. En las primeras semanas, la afluencia diaria promedio fue de 19.000 personas. Esta inauguración forma parte de una estrategia más amplia del gobierno egipcio para revitalizar el sector, promoviendo monumentos desde la época faraónica hasta la cristiana e islámica.
La gestión turística abarca tanto los sitios históricos como los destinos costeros populares, tales como Hurgada y Sharm el-Sheij, con la meta de atraer hasta 30 millones de turistas anualmente en los próximos años.
Además de visitantes internacionales, Diab destaca un aumento significativo en la asistencia de ciudadanos egipcios, incluyendo numerosos grupos escolares y universitarios. Este cambio refleja un renovado interés en la herencia cultural nacional, impulsado por iniciativas gubernamentales y difusión en redes sociales.
En cuanto a la financiación, Japón aportó el 60% del coste de construcción, fortaleciendo los lazos entre ambos países. Se prevé que la creación de hoteles y zonas comerciales alrededor del museo genere beneficios económicos compartidos.
Por último, Diab resalta que el Gran Museo Egipcio es una visita esencial para quienes desean conocer en profundidad la historia de Egipto. La institución no solo expone una colección destacada, sino que ofrece una experiencia que contribuye a valorar el legado de miles de años de cultura egipcia.
