El Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) ha realizado un balance del año político en Ceuta marcado por el realismo, la autocrítica y la reivindicación del trabajo desarrollado desde la oposición. La formación localista reconoce que aún quedan numerosos retos por afrontar y que persisten importantes desigualdades en función del barrio en el que se viva.
Entre las principales problemáticas que continúan afectando a la ciudad, el MDyC señala la falta de vivienda, las dificultades de acceso al empleo, el deterioro de la sanidad, la precariedad laboral y la exclusión social, realidades que, según subrayan, siguen golpeando a demasiadas familias ceutíes.
No obstante, desde la formación destacan que, pese a que “el vaso aún está lejos de llenarse”, el MDyC ha trabajado de manera constante durante todo el año para avanzar en soluciones reales. En este sentido, reivindican su papel como oposición constructiva, asegurando que muchas de las grandes actuaciones que se están desarrollando en la actual legislatura tienen su origen en propuestas impulsadas por el propio MDyC a través de enmiendas, alegaciones, interpelaciones e iniciativas parlamentarias.
La formación localista recuerda que su trayectoria en la Asamblea avala este enfoque, combinando la aportación de propuestas con la denuncia de irregularidades cuando ha sido necesario, incluso en la vía judicial. “Sabemos aportar, sabemos construir y también sabemos denunciar”, señalan.
Uno de los ámbitos en los que el MDyC destaca una mayor incidencia es el de la vivienda y la transformación de las barriadas. Entre los ejemplos citados figuran la rehabilitación de San José-Hadú, la remodelación de Príncipe Felipe y diversas actuaciones en barrios más pequeños que llevaban años en situación de abandono.
Durante este año, además, el MDyC ha logrado sacar adelante un programa de ayudas para terapias destinadas a menores con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Una vez consolidadas estas ayudas, al igual que ocurrió con el Cheque Libro y el Cheque ESO, el objetivo ahora es ampliarlas tanto en cantidad como en calidad, así como extenderlas a menores con TDAH. Desde la formación aseguran sentirse orgullosos de que medidas impulsadas desde la oposición se conviertan en realidades que mejoran la calidad de vida de la ciudadanía.
Pese a estos avances, el MDyC advierte de las limitaciones que supone no tener capacidad directa de ejecución. Como ejemplo, citan la construcción de vivienda: aunque se logró incluir una partida específica en los presupuestos municipales, los retrasos en su ejecución han impedido que, a día de hoy, se haya iniciado ninguna obra. Una situación que, según denuncian, frena los proyectos de vida de muchas personas y no puede prolongarse en el tiempo.
El MDyC reafirma que su trabajo diario está guiado por la cercanía con la ciudadanía, trasladando cada queja vecinal a las instituciones en busca de soluciones. La formación insiste en que la credibilidad política y la confianza ciudadana son pilares fundamentales de su acción.
De cara a 2026, el MDyC expresa un deseo claro: que quienes están en una buena situación puedan mantenerla y que quienes atraviesan dificultades logren superarlas. Reclaman que la lealtad institucional se traduzca en una lealtad real con la ciudadanía y anuncian que seguirán trabajando para frenar el avance de la ultraderecha, defendiendo una Ceuta más justa, cohesionada, digna y con igualdad de oportunidades para todos.
El balance concluye con un mensaje de esperanza y compromiso: el MDyC no dejará de luchar hasta que la vivienda, la rehabilitación de barriadas y la justicia social sean una realidad efectiva en la ciudad.



