No hubo vuelco, no hubo sorpresa. Los gallegos han vuelto a dar al Partido Popular la mayoría absoluta, informa El Mundo. La quinta. Galicia se ha plantado y ha puesto freno en las urnas al modelo de España plurinacional que defiende Pedro Sánchez acuciado por sus socios independentistas. Galicia, nacionalidad histórica, ha dicho no. Los gallegos quieren defender su identidad, su lengua y su historia pero sin renunciar a su españolidad.
El reparto de escaños en el Parlamento gallego arroja 40 puestos para los populares; 25 para los nacionalistas; nueve para los socialistas y uno para Democracia Ourensana, el partido localista presidido por Gonzalo Pérez Jácome. El PP cantó victoria anoche afirmando que los gallegos han optado por España.
Las elecciones del 18-F han vuelto a encumbrar a los populares enterrando de momento las aspiraciones de un BNG que, sin embargo, ha demostrado su pujanza con un resultado excelente, mucho mejor que el de hace cuatro años y, sobre todo, triturando las expectativas de un PSOE hundido que nunca salió a ganar pero sí albergaba la esperanza de tocar poder convirtiéndose en muleta de los nacionalistas.
El PP, con Alfonso Rueda al frente y Alberto Núñez Feijóo, pieza imprescindible al lado, ha conseguido revalidar un triunfo clave con apenas el desgaste propio de muchos años al frente de la Xunta. Los populares, con 40 escaños, han rebasado en dos diputados el listón de la mayoría absoluta.