El Partido Popular ha intensificado sus críticas contra la presidenta del Congreso, Francina Armengol, a raíz de la inadmisión de una serie de enmiendas promovidas por su grupo en el Senado. Los populares acusan a la Presidencia de la Cámara de actuar como un «árbitro comprado», a pesar de que la decisión se fundamenta en un informe jurídico elaborado por el letrado mayor del Congreso.
El informe en cuestión establece que las enmiendas del PP no pueden ser admitidas por razones de procedimiento, algo que hasta ahora no había generado controversia en la tramitación parlamentaria. Sin embargo, la formación liderada por Alberto Núñez Feijóo sostiene que esta decisión responde a una estrategia para favorecer al Gobierno de Pedro Sánchez y limitar la capacidad de la oposición para influir en la legislación.
Desde la Presidencia del Congreso han defendido la legalidad de la medida y han acusado al PP de manipular la información con fines partidistas. Según fuentes parlamentarias, el veto a las enmiendas cuenta con precedentes en el marco de la normativa vigente y responde a una interpretación técnica del reglamento.
El endurecimiento del discurso del PP se produce en un contexto de creciente tensión política, con acusaciones cruzadas sobre la imparcialidad de las instituciones y el funcionamiento democrático del Parlamento. Mientras los populares insisten en que se trata de una vulneración de sus derechos parlamentarios, desde el PSOE y sus socios de investidura han denunciado que el PP busca desacreditar a las instituciones para generar un clima de confrontación política.
