María Jesús Montero, ministra de Hacienda y actual líder del PSOE en Andalucía, enfrenta un desafío importante en la dirección del partido dentro de la región.
De acuerdo con la más reciente encuesta difundida por el CIS andaluz, el PSOE-A ha sufrido una reducción de cinco puntos en su apoyo electoral en un periodo de cinco meses, lo que representa una de las cifras más bajas en la historia del partido en esta comunidad.
Esta tendencia a la baja genera preocupación en la cúpula socialista, pese al impulso inicial que supuso el nombramiento de Montero junto con el respaldo de Santos Cerdán desde Ferraz. No obstante, esta colaboración no ha logrado estabilizar el liderazgo ni frenar la disminución de la confianza entre los votantes en Andalucía.
El debilitamiento electoral posiciona al PSOE-A en una situación vulnerable frente al Partido Popular dirigido por Juanma Moreno, que continúa fortaleciendo su mayoría y dominancia en la región. Este escenario plantea retos considerables para los socialistas andaluces en futuras elecciones, en las que cuentan con un electorado cada vez más reducido.
