Los rojiblancos ilusionan durante una hora en Old Trafford, pero se desmoronan ante la contundencia de un Manchester que no perdonó
El sueño europeo del Athletic Club terminó en pesadilla en Old Trafford. Durante una hora, los de Valverde alimentaron la esperanza de remontar, pero el Manchester United, implacable cuando olió sangre, no dio opción al milagro (4-1). Con este resultado, el conjunto inglés accede con autoridad a la final de la Europa League, donde buscará el título y el billete directo a la próxima Champions League.
El partido tuvo varios capítulos. Los leones comenzaron con valentía, aplicando el guion que su técnico había trabajado durante la semana: cabeza fría, intensidad controlada y foco en cada duelo. Y la estrategia dio frutos en el minuto 30, cuando Jauregizar cazó un rechace en la frontal y lo clavó en la escuadra para adelantar a los visitantes. El 0-1 reforzó el planteamiento bilbaíno y levantó a los 4.000 aficionados rojiblancos presentes en Manchester.
Hasta el descanso, el Athletic mantuvo su ventaja, resistiendo a los arreones de Garnacho y compañía. En la reanudación, los vascos salieron decididos a buscar el segundo gol que les metiera en la eliminatoria. Tuvieron el control, metieron al United en su campo, y durante veinte minutos hicieron dudar a los ingleses. Pero sin generar ocasiones claras, el castillo de ilusión se desmoronó.
Fue Mount quien rompió el equilibrio con el 1-1 en el 71’. Un gol que fue un mazazo para los de Valverde, que además perdieron a Prados por lesión tras una dura entrada de Lindelöf, que pudo haber sido roja. Sin tiempo para reaccionar, Casemiro culminó la remontada apenas cinco minutos después. Con el Athletic ya hundido emocionalmente, Højlund y Mount cerraron la goleada.
El Manchester United, con su pegada demoledora, terminó imponiéndose con claridad y vuelve a una final europea. El Athletic, mientras, se despide con dignidad de una Europa League en la que rozó la épica, pero se topó con un gigante que supo cuándo y cómo golpear.
