Una conexión inesperada entre una señal radiofónica histórica y un cometa procedente del espacio interestelar ha generado hipótesis sobre la posibilidad de señales cósmicas. ¿Se tratará de una coincidencia fortuita o hay un trasfondo más profundo en este fenómeno peculiar?
En el verano de 1977, una señal de radio desconocida sorprendió a los astrónomos que operaban el radiotelescopio Big Ear en Ohio, EE.UU. Durante una observación rutinaria, el telescopio captó una emisión con características e intensidad fuera de lo común, que el astrónomo Jerry Ehman identificó como la más extraña que había presenciado. Esta señal es conocida como la «señal WOW!», un misterio que continúa sin resolución en la radioastronomía tras más de cuatro décadas sin detección semejante.
Recientemente, este enigma ha adquirido un nuevo nivel de interés. En julio de 2025, la comunidad científica se vio atraída por el descubrimiento del cometa 3I/ATLAS, un cuerpo de origen interestelar que cruzaba una región del espacio muy cercana al área donde se registró la señal WOW!. Detectado por el sistema ATLAS en Chile, este cometa sigue una trayectoria que apenas se desvía cuatro grados en longitud y ocho grados en declinación respecto a la señal captada por Big Ear. Los análisis indican que la probabilidad de que esta coincidencia ocurra al azar es muy baja, alrededor de un 0,6%.
El 3I/ATLAS presenta características poco comunes en comparación con otros cometas. Mientras que normalmente la coma y la cola de un cometa apuntan hacia el Sol debido al viento solar, este cometa exhibe una anticola orientada en sentido contrario, un comportamiento atípico y no documentado anteriormente. Esto ha llevado a ciertos científicos, como el astrofísico Avi Loeb de la Universidad de Harvard, a plantear que podría tratarse de un objeto con composición o naturaleza distinta, incluso con un origen artificial.
La hipótesis de que 3I/ATLAS pudiera ser una nave o estructura enviada desde fuera del sistema solar ha intensificado el debate sobre la posible existencia de vida extraterrestre y formas de comunicación interestelar. Loeb, conocido por su interés en buscar evidencias de civilizaciones fuera de la Tierra, sostiene que podríamos estar frente a un fenómeno cósmico cuya naturaleza aún no se comprende plenamente.
Hasta el momento, la señal WOW! no se ha repetido ni se han identificado otras emisiones de radio provenientes del espacio interestelar que ayuden a esclarecer su origen. Sin embargo, la aparición reciente de 3I/ATLAS ha motivado a los astrónomos a revisar registros anteriores en busca de anomalías similares. Algunos expertos sugieren que la señal pudo estar vinculada a una emisión generada por un objeto en movimiento, como un cometa, lo que implicaría que eventos de esta clase podrían ser más habituales de lo que se pensaba.
Agencias espaciales internacionales, como NASA y ESA, han comenzado a estudiar detenidamente este cometa mediante observaciones detalladas, con el objetivo de entender su composición y comportamiento inusitado. El seguimiento constante con telescopios espaciales busca explicar las razones detrás de su desviación respecto a las características esperadas de un cometa común.
Aunque la idea de que 3I/ATLAS sea un objeto artificial sigue siendo una teoría controvertida, la coincidencia entre su trayectoria y la ubicación de la señal WOW! ha despertado la curiosidad científica. Este encuentro astronómico está estimulando nuevas investigaciones y discusiones acerca de si realmente estamos solos en el universo o si existe algo aún no identificado.
Por ahora, el misterio continúa. A pesar de los avances tecnológicos y de investigación, la señal WOW! permanece como uno de los grandes enigmas científicos sin resolver. La aparición de 3I/ATLAS ha añadido más elementos a este rompecabezas. ¿Se logrará en el futuro descubrir el origen real de esta señal? ¿Podría tratarse de un mensaje enviado desde el cosmos? Solo el tiempo y nuevos estudios podrán responder estas preguntas.