El Departamento de Estado de Estados Unidos ha anunciado la designación del Cartel de los Soles como grupo terrorista extranjero (FTO), medida que refleja el aumento de la presión que la administración de Donald Trump ejerce sobre el gobierno de Nicolás Maduro. Esta decisión se produce en un contexto de tensión entre ambos países.
La declaración fue comunicada el 16 de noviembre por el secretario de Estado Marco Rubio, quien afirmó que existen fundamentos sólidos que demuestran que el Cartel de los Soles cumple con los criterios legales para ser considerado un FTO, incluyendo su participación en actividades terroristas.
La legislación estadounidense define a un FTO como una organización extranjera que realiza acciones que ponen en peligro la seguridad nacional, abarcando tanto la defensa como los intereses económicos y la protección de los ciudadanos estadounidenses.
Washington vincula al Cartel de los Soles con altos mandos del Ejército y el Gobierno de Venezuela, aunque su existencia ha generado controversia y debate. Ya en julio, el Departamento del Tesoro había clasificado a este grupo como un «grupo terrorista global especialmente designado» (SDGT). Por su parte, el gobierno venezolano ha negado estas acusaciones, calificándolas como un «invento» y una «falsedad» de Estados Unidos.
Marco Rubio sostiene que, al igual que otras organizaciones como el Tren de Aragua y el Cartel de Sinaloa, el Cartel de los Soles está implicado en violencia terrorista en América y desempeña un papel significativo en el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa, dificultando la situación de seguridad regional.
La inclusión del cartel en la lista de grupos terroristas coincide con un incremento de operaciones militares de Estados Unidos en el sur del mar Caribe, justificadas por la Casa Blanca como esfuerzos para combatir el narcotráfico. Durante estas acciones, se han destruido varias embarcaciones presuntamente relacionadas con actividades ilegales, ocasionando la muerte de varios individuos vinculados.
A pesar de las advertencias desde Washington, el gobierno venezolano rechaza esta clasificación y argumenta que dichas sanciones son un pretexto para justificar agresiones contra Venezuela, señalando que carecen de fundamentos y buscan derrocar al régimen.
La situación en Venezuela se caracteriza por una polarización y tensiones políticas crecientes. El ejecutivo de Nicolás Maduro ha llamado a la unidad nacional para enfrentar lo que considera una amenaza externa, instando a Estados Unidos a reconsiderar su postura confrontacional. En vísperas de la temporada navideña, el gobierno asegura que la población está unida y enfocada en resolver sus desafíos internos.



