De acuerdo con Recurrent Auto, la tasa de cambio de baterías en su comunidad de usuarios es baja, incluso en modelos antiguos, donde sólo los más veteranos superan el 8 %.
Un informe elaborado por Recurrent Auto, empresa especializada en análisis de datos de vehículos eléctricos, muestra que de una muestra que supera los 30.000 coches eléctricos, menos del 4 % ha requerido reemplazar la batería inicial. Esta proporción se mantiene aunque se consideren modelos con más de diez años de uso.
El estudio señala que el aumento en la tasa total de sustitución comparado con investigaciones previas se debe principalmente al envejecimiento de los primeros coches eléctricos del mercado. En estos vehículos pioneros, fabricados hasta 2016, la tasa de recambio llega a un 8,5 %. Para los de segunda generación, como los primeros Chevrolet Bolt EV o el Tesla Model 3, la cifra baja al 2 %, y en los modelos más recientes (posteriores a 2022), desciende hasta el 0,3 %.
La mayoría de los reemplazos corresponden a fallos de fabricación o campañas masivas de llamada a revisión, casos que se observaron en ciertos Bolt EV o Hyundai Kona EV. Estas sustituciones fueron cubiertas por los fabricantes, minimizando así el coste para los usuarios.
En muchos vehículos analizados, la pérdida de capacidad de la batería ocurre de forma progresiva y acorde con el uso y la antigüedad esperados. Recurrent compara el deterioro de una batería de coche eléctrico con la de un móvil, pero mucho más lento; estimando que muchas baterías pueden conservar un buen rendimiento entre 10 y 20 años.
Un aspecto relevante es la garantía: en una gran cantidad de eléctricos, si la capacidad desciende por debajo del 70 % durante el periodo de cobertura, el fabricante se responsabiliza del reemplazo. Cabe destacar que ese umbral no implica que la batería esté inutilizable, sino que aún conserva una capacidad significativa para su uso.
Los autores del análisis se mantienen optimistas respecto al futuro: con el avance tecnológico —mejores químicas de baterías y gestión térmica más eficiente— se prevé que las sustituciones sean menos frecuentes. También destacan la importancia de continuar evaluando el desgaste real en vehículos futuros, dado que muchos modelos todavía están en fases iniciales de su ciclo de vida.
Los datos de Recurrent Auto proporcionan una visión alentadora para quienes temen que la batería de un coche eléctrico sea un gasto común e inevitable. La evidencia indica que el reemplazo de baterías es poco habitual, especialmente en los coches modernos, y que la degradación suele ser gradual y controlable.



