Numerosos países europeos han solicitado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que modifique su plan actual en Gaza, alertando del grave deterioro de la situación humanitaria. Los representantes del bloque comunitario señalan que “la escasez de alimentos es tan extrema que civiles desesperados arriesgan sus vidas al acudir a los puntos de distribución de ayuda para alimentar a sus familias”.
En contraste, Estados Unidos ha respaldado “el derecho soberano” de Israel para decidir sus acciones y ha negado que en Gaza se esté produciendo un genocidio. Washington afirma que las operaciones del Gobierno israelí se enmarcan dentro de su seguridad nacional, aunque reconoce la importancia de aumentar la ayuda humanitaria hacia el territorio palestino.
Estas discrepancias reflejan la creciente división internacional sobre el conflicto en Gaza, con Europa reclamando cambios urgentes para proteger a los civiles, mientras que la administración estadounidense continúa ofreciendo apoyo político y militar a Tel Aviv.
