En un acto cargado de emotividad y significado histórico, el rey Felipe VI ha presidido la repatriación e inhumación de los restos de Rafael Altamira, insigne humanista, jurista y pedagogo exiliado durante la dictadura franquista. La ceremonia tuvo lugar en el cementerio de El Campello, su localidad natal, donde sus restos descansan ahora junto a los de su esposa, Pilar Redondo.
El homenaje ha contado con la presencia de la nieta del jurista, Mari Luz Altamira, quien, visiblemente emocionada, destacó que “hoy, 74 años después de su fallecimiento, la patria que un día le condenó al exilio le abre los brazos con respeto y dignidad en un acto de justicia histórica que refleja la reconciliación de un país con sus hijos más ilustres”.
El acto ha sido posible gracias a la colaboración entre el Ayuntamiento de El Campello, la Generalitat Valenciana y el Gobierno de España. Felipe VI ha estado acompañado por el president de la Generalitat, Carlos Mazón; el ministro de Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé; el presidente de la Diputación Provincial, Toni Pérez; y el alcalde de El Campello, Juanjo Berenguer, además de otras autoridades.
Antes de la inhumación, se celebró un solemne acto en una carpa instalada en la explanada del cementerio, con la asistencia de 450 invitados. En el evento, que incluyó intervenciones de familiares y autoridades, así como la interpretación de piezas musicales a cargo del cuarteto de solistas de ADDA Simfònica, se destacó la trascendencia de la figura de Altamira.
El rey, aunque no realizó un discurso público, escribió en el Libro de Honor del Ayuntamiento de El Campello: “Hoy homenajeamos a una gran e ilustre figura intelectual en un acto de justicia histórica y reparación, de concordia y reconciliación. Finalmente, don Rafael y doña Pilar reposan donde él siempre quiso, en El Campello”.
Un referente del pensamiento humanista
Rafael Altamira (Alicante, 1866 – Ciudad de México, 1951) fue una figura clave en la historia del pensamiento humanista español. Nombrado juez del antecedente del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya en 1921 y propuesto dos veces para el Premio Nobel de la Paz, en 1933 y 1951, su legado ha trascendido fronteras y generaciones. La BBC lo describió en el momento de su muerte como “el intelectual español más completo de su tiempo”.
Su biznieto, Ignacio Ramos Altamira, expresó su gratitud por la repatriación de los restos de su bisabuelo y recordó que Rafael Altamira fue “un liberal de raigambre republicana al que Alfonso XIII escuchó para la recuperación del vínculo con el pueblo iberoamericano”.
Inicio del ‘Año Altamira’
El alcalde de El Campello, Juanjo Berenguer, aprovechó la ocasión para anunciar el inicio del ‘Año Altamira’, un proyecto destinado a reivindicar la figura y obra del humanista a nivel local, nacional e internacional. “Hoy acogemos su vuelta al hogar como merece”, afirmó, tras destacar el esfuerzo de la Generalitat en el proceso de repatriación.
La exhumación se realizó el pasado 7 de diciembre en el Panteón Español del cementerio de Ciudad de México, desde donde los restos fueron trasladados a España. El acto de hoy marca el cierre de un ciclo histórico y el reconocimiento de un país a uno de sus intelectuales más insignes.
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