En las últimas horas, al menos once trabajadores de distintas agencias de Naciones Unidas fueron arrestados en Saná, la capital de Yemen, como parte de una acción de presión ejercida por la milicia hutí contra organizaciones asociadas a países occidentales.
Testigos informaron que integrantes del grupo ingresaron a las oficinas del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Allí realizaron interrogatorios tanto dentro de las instalaciones como en los parkings antes de proceder con la detención de varios empleados. Las agencias humanitarias continúan analizando la situación, por lo que la cifra de arrestados podría incrementarse.
Hans Grundberg, representante de la ONU en Yemen, manifestó: «Repruebo firmemente esta nueva serie de detenciones arbitrarias al personal de Naciones Unidas, así como el ingreso forzado a sus oficinas y la incautación de bienes».
En meses recientes, los hutíes, aliados de Irán en el conflicto regional contra Israel, han arrestado a decenas de empleados de la ONU y de otras organizaciones humanitarias, especialmente estadounidenses. En respuesta, Estados Unidos cerró su embajada en Saná, y la ONU detuvo sus operaciones en Saada, principal bastión hutí en el norte del país, luego de la detención de ocho empleados en enero.
Este aumento de tensiones se da tras la muerte del primer ministro hutí y cinco ministros en un ataque aéreo israelí. La milicia confirmó durante el fin de semana el fallecimiento de las figuras principales de su gabinete durante un bombardeo mientras se reunían en la capital.