La Universitat de Barcelona (UB) ha iniciado una investigación inédita tras surgir denuncias que incluyen coerción sexual, abuso de poder, violencia psicológica y explotación laboral contra el catedrático emérito Ramón Flecha, fundador del grupo de investigación CREA (Comunidad de Investigación sobre Excelencia para Todos). Estos hechos, que abarcan un período superior a treinta años, fueron revelados recientemente mediante varios testimonios de personas que trabajaron junto al profesor.
Nueve declaraciones recogidas en diversos medios sostienen que varias universitarias experimentaron presiones emocionales, subordinación laboral y relaciones sexuales en un marco de desigualdad jerárquica durante su participación en el grupo dirigido por Flecha. Muchas de estas personas describen un ambiente donde la vida personal y profesional se entrelazaba en perjuicio de las jóvenes investigadoras o becarias.
Según las denunciantes, el grupo CREA, que se presenta como un espacio académico orientado a la excelencia científica y la transformación social, funcionaba bajo una estructura jerárquica en la que el catedrático desempeñaba un papel dominante sobre su equipo. De acuerdo con estos relatos, el liderazgo de Flecha estuvo marcado por dinámicas de dependencia afectiva y control emocional que facilitaron situaciones de abuso.
En julio de este año, nueve mujeres y dos hombres presentaron una denuncia ante el rectorado de la UB. Posteriormente, otras cuatro personas sumaron denuncias con experiencias similares en distintos periodos dentro del grupo CREA. En conjunto, los hechos podrían involucrar a decenas de afectados a lo largo de tres décadas.
Frente a la gravedad de las acusaciones, la Universitat de Barcelona ha puesto en marcha una investigación independiente, algo inusual en universidades españolas, para evaluar si los hechos pueden constituir delitos perseguibles o infracciones administrativas de carácter grave. Se espera un informe preliminar en las próximas semanas que, en caso de detectar indicios delictivos, será enviado a la justicia.
Esta polémica no es reciente. En 2004 y 2016 se presentaron denuncias colectivas en relación con el funcionamiento del grupo CREA, que en su momento fueron archivadas por la Fiscalía. Las denuncias actuales señalan que los conceptos legales de consentimiento y coerción sexual han evolucionado desde entonces y consideran que la investigación actual ofrece una oportunidad para valorar sus relatos con una perspectiva actualizada.
Además, organismos como la Oficina Española de Integridad en Investigación (OEI) han instado a la UB a adoptar medidas urgentes para proteger a quienes han presentado denuncias, solicitando respaldo institucional dada la seriedad de las acusaciones.
Hasta la fecha, ni Flecha ni otras personas relacionadas, como la profesora Marta Soler —que dirigió formalmente CREA desde 2006—, han ofrecido declaraciones públicas en los medios respecto a las acusaciones. Mediante comunicados indirectos, han manifestado que las denuncias son infundadas y que han protegido en todo momento a posibles víctimas de abusos.
La investigación sigue abierta, mientras la comunidad universitaria y la sociedad española mantienen atención sobre un caso que destaca la necesidad de revisar las estructuras de poder en el ámbito académico y de fortalecer mecanismos efectivos para proteger frente a eventuales abusos.