La CGIL y la USB han impulsado una huelga nacional junto a más de un centenar de manifestaciones en distintas ciudades italianas tras la intervención israelí sobre la Global Sumud Flotilla, que llevaba ayuda humanitaria y nacionales italianos.
Este viernes, Italia atraviesa una huelga general acompañada de múltiples protestas motivadas por la detención israelí de la Global Sumud Flotilla, un grupo de embarcaciones con destino a Gaza para entregar ayuda. La convocatoria fue organizada por la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), el sindicato más grande del país, y la USB, que han pedido detener la actividad tanto en el sector público como privado y llenar las calles con manifestaciones en más de cien ciudades.
La CGIL calificó de extrema gravedad el ataque contra los barcos civiles que transportaban ciudadanos italianos, acusando a Israel de obstaculizar esta iniciativa solidaria en beneficio de la población palestina. A pesar de que la Comisión de Garantía de las Huelgas declaró la paralización como “ilegítima” por falta de aviso previo, el secretario general del sindicato, Maurizio Landini, insistió en mantener el llamado a la huelga.
La primera ministra, Giorgia Meloni, respondió con tono irónico al movimiento sindical, sugiriendo que la huelga tiene como objetivo simplemente “extender el fin de semana”. Sus comentarios generaron críticas tanto de los sindicatos como de la oposición, que reprochan al Gobierno la falta de condena ante la interceptación de la flotilla.
Las protestas se han intensificado en ciudades como Roma, Milán, Turín y Bolonia, con universidades, estaciones y aeropuertos convertidos en focos principales de movilización. En Roma, miles de personas marchan desde Plaza Vittorio hacia la estación Termini, mientras que en otras urbes se han producido enfrentamientos con la policía y bloqueos en carreteras.
El trayecto de la flotilla contó con especial atención en Italia, dado que a bordo viajaban 58 ciudadanos italianos, incluidos varios parlamentarios de la izquierda. No obstante, el Gobierno mantiene su postura de no reconocer a Palestina como Estado hasta que Hamás libere a los rehenes israelíes y se retire de Gaza y Cisjordania.
Mientras el Ejecutivo opta por un enfoque diplomático prudente, la protesta ciudadana continúa en las calles italianas, configurándose como una de las movilizaciones sociales más significativas en los últimos años.