El entrenador de la AD Ceuta FC, José Juan Romero, ofreció este domingo una de sus ruedas de prensa más duras y autocríticas tras la derrota por 1-2 ante el CD Leganés en el estadio Alfonso Murube. Visiblemente contrariado, el técnico señaló “errores propios”, “falta de precisión” y “detalles imperdonables” como claves de un partido que, según dijo, debe servir como “golpe de realidad” al equipo.
Romero aseguró que el Ceuta completó “un muy buen primer tiempo, de 35 minutos excepcionales”, con numerosas aproximaciones pero sin acierto en los metros finales. “No sé cuántas acciones claras hemos tenido en la zona de tres cuartos hacia adelante, pero si no las finalizamos, nos va a costar. Es una diferencia importantísima en esta categoría”, lamentó.

“Ellos llegan una o dos veces y marcan; nosotros no”
El entrenador admitió que el partido se torció tras el primer tanto del Leganés. “Ellos llegan una o dos veces y hacen un gol. Nosotros, teniendo tantas situaciones, no acertamos. Así es el fútbol”, resumió. Reconoció que el segundo tiempo se volvió “loco” y que su equipo fue perdiendo el control del juego.
Romero fue especialmente crítico con los dos goles encajados. “Nacen de segundas jugadas. Ahí nos faltó actitud defensiva, ser solidarios y cortar la acción antes. Son detalles que marcan la diferencia y que no podemos permitir”, afirmó con dureza.
“Probablemente nos hemos creído más de lo que somos”
El técnico insistió en que el Ceuta debió adelantarse antes del 0-1: “Estábamos siendo muy superiores y teníamos que haberlo aprovechado. Cuando vas por detrás todo se vuelve más frío: el partido, el ambiente, todo”. Pese a la derrota, destacó el nivel del rival: “El Leganés es un equipazo y este tipo de rivales ponen a cada uno en su sitio”.
Romero también dejó una reflexión llamativa sobre el estado mental del grupo. “Probablemente nos hayamos equivocado creyéndonos más de lo que somos. Esto puede venirnos bien para el futuro”, aseguró. Añadió que el equipo “tiene mucho que aprender y crecer”.
Autocrítica también desde el banquillo
El técnico no se excluyó de la responsabilidad y admitió que quizás erró en la alineación inicial. “Viendo el ambiente festivo o de tranquilidad, yo debería haber movido el once. Puede que me haya equivocado”, reconoció.
Sobre los jugadores que entraron en la segunda mitad, como Cristian, Manu Vallejo u Ortuño, Romero fue claro: “Ni hemos mejorado ni hemos empeorado. Pero los que entran deben dar mucho más. Necesitamos a todos a un nivel más alto. Esto no va solo de 11 o 12 futbolistas”.
Exigencia máxima y mensaje directo al vestuario
Romero subrayó que el rendimiento se demuestra también fuera del campo. “Para jugar al fútbol hay que demostrar muchas cosas: en los entrenamientos, en el día a día, en la vida privada. Quien quiera estar tiene que dar pasos al frente”, advirtió.
Uno de los nombres propios fue el del joven Marcos, al que definió como un jugador que trabaja “como el que más”, pero lastrado por la ansiedad. “Está muy precipitado, no le entra el gol, no le sale el último pase… Y eso hay que aprender a gestionarlo”, explicó.
“Esto va a ser larguísimo y muy duro”
Para cerrar, Romero dejó un mensaje contundente sobre el futuro inmediato del equipo: “Esto va a ser larguísimo y muy duro. Estamos bien, sí, pero si no aumentamos el nivel y damos todos más, no nos va a dar para lograr el objetivo”.
Con gesto serio y tono firme, el técnico sevillano dio por concluida una comparecencia que refleja la exigencia con la que enfrenta el reto de la categoría.




