El partido de Carles Puigdemont busca unirse al rechazo contra Netanyahu sin abandonar totalmente su respaldo a Israel.
La ofensiva israelí en Gaza ha generado una creciente presión internacional que sitúa a Junts per Catalunya en una posición comprometida. La formación liderada por Carles Puigdemont trata de sumarse a las denuncias contra el Gobierno de Benjamín Netanyahu, acusado de violaciones de derechos humanos, a la vez que evita desvincularse por completo de su tradicional apoyo a Israel.
Desde la dirección del partido reconocen que el debate interno es complejo y que, para no parecer un aliado incondicional de Netanyahu, han introducido “matices” en sus recientes comunicados. Junts ha manifestado su “rechazo a la violencia indiscriminada” y ha pedido una “solución política” al conflicto, apelando tanto a la protección del pueblo israelí como al reconocimiento de los derechos del pueblo palestino.
No obstante, esta estrategia no satisface a todos sus miembros. Algunos dirigentes defienden adoptar una posición más enérgica contra Tel Aviv, mientras que otros prefieren mantener cierta proximidad con Israel, justificando esta postura por afinidades políticas y estratégicas a nivel internacional.
El debate interno refleja el impacto que el conflicto en Gaza está teniendo en el panorama político europeo, donde incluso partidos con posturas tradicionalmente próximas a Israel se ven obligados a reconsiderar sus discursos ante la dimensión de la indignación mundial.