Junts ha realizado un cambio significativo en sus relaciones con Pedro Sánchez, anunciando que rechazará todas las iniciativas legislativas del Gobierno en el Congreso. Esta decisión evidencia la creciente división dentro del bloque de investidura, lo que ha llevado a considerar la legislatura como estancada.
Junts ha comunicado de forma oficial su ruptura con Pedro Sánchez, un cambio que altera por completo el panorama político en España. El partido catalán, que anteriormente respaldaba al Ejecutivo, ha optado por bloquear cualquier propuesta legislativa del Gobierno en el Congreso. Desde la formación señalan que vetarán todas las leyes del Ejecutivo en adelante, situando la legislatura en una situación crítica, dado que el apoyo de Junts era fundamental para la estabilidad del Gobierno.
Esta ruptura definitiva llega tras semanas de tensiones y negociaciones infructuosas, con Junts recriminando la falta de progresos en asuntos cruciales como el reconocimiento de Cataluña y las soluciones al conflicto territorial. Como consecuencia, la legislatura queda paralizada, y el Gobierno de Sánchez debe ahora buscar respaldo en otras fuerzas políticas, como el ERC o incluso en la oposición, para avanzar con sus iniciativas.
La medida de Junts y sus repercusiones
El anuncio de Junts pone en duda no solo la continuidad del Ejecutivo, sino que también representa un cambio significativo en las relaciones entre los partidos independentistas y el Gobierno de Sánchez. Junts, liderado por Carles Puigdemont, ha mantenido una postura firme exigiendo una mejor defensa de los intereses catalanes, una demanda que no ha logrado satisfacer por parte de Moncloa.
Con este veto absoluto a las leyes del Gobierno, la legislatura queda bloqueada, generando incertidumbre sobre la evolución política a corto y medio plazo. El futuro de los acuerdos entre el PSOE y sus socios de investidura está ahora en duda, y los próximos meses podrían caracterizarse por una creciente parálisis política.
La reacción del Gobierno
Frente a esta ruptura con Junts, Pedro Sánchez ha manifestado sorpresa, aunque ha asegurado que el Ejecutivo seguirá trabajando para garantizar el bienestar de la ciudadanía. No obstante, la presión sobre el Gobierno aumenta, y las relaciones con otros grupos políticos como ERC o Podemos se vuelven cada vez más relevantes. Sánchez tendrá que demostrar su habilidad para negociar y conseguir apoyos en un Congreso cada vez más fragmentado.
Este nuevo contexto introduce una incertidumbre política en España, donde la posibilidad de una crisis de gobernabilidad está sobre la mesa. Con Junts fuera de la ecuación, el Gobierno de Sánchez enfrenta un panorama complicado, con una legislatura en suspenso y el futuro político de España dependiendo de las negociaciones venideras.
