Just Eat España ha interpuesto una demanda contra Glovo ante los juzgados de lo mercantil de Barcelona, acusándola de competencia desleal. La reclamación asciende a 295 millones de euros, argumentando que Glovo ha utilizado falsos autónomos para ahorrar costes, lo que le ha proporcionado una ventaja competitiva significativa.
En un comunicado, Just Eat detalla que Glovo ha ahorrado más de 645 millones de euros al contratar a repartidores como falsos autónomos en los últimos años. Esta práctica, según Just Eat, ha colocado a su empresa en una clara desventaja competitiva, ya que ellos sí contratan a sus repartidores por cuenta ajena, incurriendo en mayores costes laborales.
El anuncio de la demanda coincide con el reciente comunicado de Glovo sobre su intención de cambiar su modelo laboral en España. La empresa ha declarado que comenzará a contratar a sus repartidores, dejando atrás el modelo de autónomos. Este cambio se produce justo antes de que Oscar Pierre, cofundador de Glovo, comparezca ante la juez que investiga posibles vulneraciones de derechos laborales.
Just Eat enfatiza que cuenta con más de 2.500 empleados en plantilla y fue pionera en firmar un convenio colectivo con los principales sindicatos del país en diciembre de 2021. La empresa sostiene que numerosas sentencias han condenado a Glovo por prácticas laborales injustas, lo que refuerza su posición en esta disputa legal.
Por otro lado, Glovo ha enmarcado su cambio de estrategia laboral dentro de su compromiso con España, su país de origen y principal mercado. La empresa planea abrir una mesa de diálogo con agentes sociales para guiar este proceso de transición. Aunque no se han especificado fechas concretas, Glovo asegura que el nuevo modelo no afectará la disponibilidad de repartidores ni los tiempos de entrega.
Este conflicto subraya las tensiones en el sector de entregas a domicilio en España, donde las prácticas laborales y la competencia justa son temas de creciente preocupación. A medida que las plataformas digitales continúan expandiéndose, el equilibrio entre innovación y derechos laborales se convierte en un desafío crucial.