El DJ y conocido hijo de Isabel Pantoja se abre en el programa ¡De viernes! para hablar sobre un matrimonio terminado y el nuevo camino vital de su exesposa.
Kiko Rivera ha decidido avanzar en su comunicación pública con una entrevista en televisión donde profundizó sobre la ruptura con Irene Rosales, con quien mantuvo una relación de once años —nueve casados— y con quien tiene dos hijas. Comentó que la relación había dejado de funcionar desde al menos medio año antes del anuncio oficial de la separación. «No había comunicación, dormíamos en habitaciones aparte y no quedaba nada», indicó.
El desgaste en el matrimonio llevó a que simplemente compartieran techo: «Para mí era complicado estar mucho tiempo con mi esposa y verla más como una compañera de piso que como mi mujer». Según explicó, la pérdida de deseo y la rutina fueron las principales causas. Sobre las imágenes que confirmaron la nueva relación de Rosales, Rivera afirmó que se enteró por la prensa y «simplemente lo asumí».
Además de relatar el fin de su convivencia, Kiko Rivera reflexionó sobre su comportamiento: reconoció errores, admitió infidelidades de las que no se siente orgulloso y lamentó que el vínculo solo mantuviera el aspecto moral y el afecto, pero careciera de la pasión necesaria. «No es algo de lo que me sienta orgulloso… jamás me lo perdonaré», señaló.
Respecto a Irene Rosales, su aparición pública tras la ruptura mostraba su deseo de cambio. Ella había expresado que se había transformado más en madre que en esposa y que necesitaba seguir otro camino. Rivera respetó esta postura y afirmó que, aunque aún siente cariño, decidió enfrentar la realidad: «¿Qué hago aquí cuando ya no existía ese deseo?», se cuestionó.
Esta profunda reflexión pública marca no solo el cierre de una etapa para ambos, sino también un comienzo renovado. Kiko Rivera pretende enfocar su vida en su nueva vivienda, en su carrera y en ser un mejor padre. Por su parte, Irene afronta su independencia, la maternidad y la posibilidad de una nueva ilusión. La entrevista se realizó en un tono conciliador, aunque con sinceridad y cierto dolor.



