Augusto Pinochet, dictador de Chile, sigue siendo una figura que impacta de manera significativa la política nacional, sobre todo en la reciente segunda vuelta presidencial. Entre quienes especulan, se considera que Pinochet, de estar vivo, apoyaría a José Antonio Kast, candidato reconocido por su posición en la ultraderecha chilena.
Kast, abogado de 59 años y con nueve hijos, ha expresado con claridad su postura respecto al legado del régimen militar. En 2017, indicó que valora ciertos aspectos de dicho gobierno, sugiriendo que Pinochet respaldaría su candidatura si aún estuviera con vida. Esta relación con el pasado dictatorial genera un debate profundo sobre la influencia histórica que persiste en la política actual.
Las encuestas muestran un aumento en la popularidad de Kast, y un posible triunfo suyo representaría un retorno a un liderazgo cercano a las ideas vinculadas a Pinochet desde el fin de la dictadura en 1990. Hasta ahora, sólo Sebastián Piñera, en sus dos períodos presidenciales, ha representado a la derecha sin un vínculo directo con el dictador, participando en el plebiscito que finalizó dicho régimen.
En su campaña actual, Kast ha buscado suavizar su imagen, centrando su discurso en la inseguridad, que es una preocupación importante para la sociedad chilena. Con esta estrategia pretende atraer a un electorado más amplio, dejando atrás propuestas extremas de campañas anteriores, como la eliminación de leyes sobre derechos de género y aborto.
En el contexto político vigente, gran parte de los candidatos de la derecha defienden, con variantes, el legado del gobierno de Pinochet. Estudios recientes indican que una proporción significativa de la población considera justificadas las acciones de los militares en 1973, aunque persiste un rechazo hacia la legitimidad de un gobierno que no sea democrático.
El apoyo a Kast podría incrementarse si logra reunir los votos de otros candidatos conservadores eliminados en la primera vuelta. A ello se suman declaraciones de dirigentes políticos como Evelyn Matthei, quien ha defendido el golpe de Estado, alegando que sin esta acción Chile podría haber derivado hacia un modelo totalitario similar al cubano.
La polarización política actual implica retos considerables. Activistas y expertos analizan el renovado interés en la figura del «hombre fuerte», una descripción aplicada a líderes como Kast, visto por muchos como una respuesta ante la delincuencia y la crisis económica que han afectado la región.
No obstante, en el debate sobre Pinochet, algunos analistas señalan que aunque la derecha ha intentado distanciarse discursivamente, la realidad muestra que la historia sigue vigente. Que un candidato como Kast tenga posibilidades de ganar genera inquietudes sobre el rumbo político de Chile y la eventual repetición de episodios históricos que muchos preferirían no revivir.


