Hacía mucho tiempo que en nuestra ciudad no se hacían las cosas con tan poca vergüenza, a la vista de todos y sin que nadie rechiste. El gobierno acogotado, la oposición silenciada, los sindicatos tragando y los representantes empresariales a verlas venir. Se crean desde una sociedad municipal ayudas a medida a determinados empresarios, siempre los mismos, sin que nadie haga nada. Quizás los tribunales, incluido el de Cuentas, deberían tomar cartas en el asunto.
