La reapertura de Notre Dame ha sido un evento de gran relevancia internacional, marcando el regreso de una de las catedrales más emblemáticas del mundo tras el devastador incendio de 2019. Sin embargo, la ausencia de representación española ha suscitado críticas y debates en el ámbito político español.
El ministro para la Transformación Digital y la Función Pública, Óscar López, ha restado importancia a la falta de presencia española en el evento, afirmando que no asistieron muchos jefes de Estado y Gobiernos de la Unión Europea. En declaraciones a los medios, López expresó su «máximo respeto» por la agenda de la Casa Real, defendiendo que la ausencia fue justificada.
Durante la presentación de la nueva convocatoria de Kit Digital, López criticó al Partido Popular por sus comentarios negativos, señalando que el acto estaba principalmente dirigido a jefes de Estado. A pesar de las críticas, el ministro insistió en que la representación española no era obligatoria ni crucial para el evento.
Decisiones de agenda
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, también declinó la invitación a la reapertura debido a compromisos familiares. De igual manera, los reyes de España, Felipe VI y Letizia, no pudieron asistir por motivos de agenda. Esta situación ha sido utilizada por algunos sectores políticos para criticar la gestión del gobierno en asuntos internacionales.
El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, calificó la ausencia como «una vergüenza para nuestro país», destacando la presencia de líderes internacionales como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y otros dignatarios. La misa solemne de reapertura contó con la asistencia de figuras prominentes, lo que aumentó la presión sobre el gobierno español.
Un evento de reconciliación y esperanza
La ceremonia de reapertura de Notre Dame simbolizó la resiliencia y la unidad tras el incendio que casi destruyó la catedral. Con la participación de 150 obispos de todo el mundo, el evento fue una celebración de la restauración y el esfuerzo colectivo. Entre los asistentes destacados estuvieron la primera dama estadounidense, Jill Biden, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
A pesar de la ausencia del papa Francisco, quien envió un mensaje leído por el arzobispo de París, la ceremonia fue un recordatorio del significado cultural y espiritual de Notre Dame. La catedral, que ha sido testigo de siglos de historia, ahora se erige nuevamente como un símbolo de esperanza y renovación.
Conclusiones
La ausencia de representación española en la reapertura de Notre Dame ha generado un debate sobre las prioridades diplomáticas y la gestión de la agenda oficial. Mientras el gobierno defiende su postura, las críticas continúan en el ámbito político. Este evento destaca la importancia de la diplomacia cultural y la necesidad de equilibrar compromisos nacionales e internacionales.