La FIFA es la única encargada de decidir qué ciudades albergarán el Mundial 2030, a pesar de las controversias y las tensiones generadas por las ausencias de algunas urbes clave en el dossier presentado por España, Marruecos y Portugal. El proceso de selección de sedes no es vinculante, lo que significa que la propuesta de la candidatura solo tiene carácter de sugerencia. La última palabra, en realidad, está en manos de la FIFA, que tiene plena libertad para modificar la lista de ciudades según sus propios criterios, lo que deja abiertas las puertas para la inclusión de Vigo y Valencia.
En este sentido, el proceso de selección sigue un procedimiento claro: la candidatura propone un listado de ciudades y lo remite a la FIFA. En el caso de la candidatura conjunta de España, Marruecos y Portugal, las ciudades de Vigo y Valencia no fueron incluidas, lo que desató el malestar, especialmente en Vigo, donde el alcalde, Abel Caballero, expresó su frustración. Sin embargo, una vez que la FIFA recibe el dossier, evalúa las ciudades y asigna puntuaciones a cada una según sus propios parámetros. Este es el proceso habitual.
No obstante, la decisión final recae en la FIFA, que puede modificar a su antojo las propuestas de la candidatura. Esta flexibilidad ha quedado demostrada en ediciones anteriores, como el Mundial de 2026, donde la FIFA reestructuró el plan inicial de Estados Unidos, Canadá y México, haciendo ajustes como la eliminación de Montreal y la inclusión de Vancouver, entre otros cambios. De igual manera, la FIFA puede decidir si se deben añadir o eliminar ciudades de la lista propuesta para el Mundial 2030, lo que abre la posibilidad de que Vigo, Valencia o incluso San Sebastián puedan tener su oportunidad.
Aunque no existe un patrón fijo, se espera que la FIFA dé a conocer las ciudades definitivas para el Mundial 2030 en los próximos años. En 2022, la FIFA ya había anunciado las sedes del Mundial 2026, cuatro años antes de la competición. Por lo tanto, las ciudades que no fueron incluidas en la candidatura inicial tendrán que esperar un par de años más para saber si finalmente entran en el listado de sedes, siempre dependiendo de los criterios y decisiones finales de la FIFA.
La incertidumbre continúa, pero la esperanza persiste en ciudades como Vigo y Valencia, que aún pueden ver cumplido su sueño de albergar partidos del Mundial 2030, gracias a la capacidad de la FIFA de ajustar la propuesta de sedes a sus necesidades y decisiones estratégicas.
