Por Plutarco
Se lo tienen muy calladito, pero tarde o temprano las cosas van saliendo a la luz. Aquí, el que no corre vuela, y creen que nadie se va a enterar de los tejemanejes que no solo son infames, sino que a la vez van en contra de los principales principios democráticos. Creen que están en la sombra, pero –como suele ocurrir todos los días-, a la postre lucirá el sol. La verdad.
Vamos al grano: Los poderes fácticos se mueven, se siguen moviendo, para que no se les pueda escapar el control que se creen que tienen sobre algunos partidos políticos. Lo intentan y algunas veces consiguen sus propósitos, pero la mentira tiene las patas cortas.
En Ceuta se vuelve a las antiguas andadas. Pero, ¡ojo!, podemos volver a tristes situaciones que se vivieron en su día, con Susana Bermúdez y Mercedes Medina, y que llevaron a que algunos medios de comunicación –por ser generosos en el término calificativo- que intervinieron en la operación de desestabilización todavía estén sacando rédito de esta situación.
Como todo avanza y se desarrolla en parámetros de mejorar la consecución de innobles objetivos, en estos tiempos es distinto. Se trata, pues, de “colocar” en las listas de puestos de salida a familiares y personajillos de su absoluta confianza, y a los que pueden manipular a su antojo.
La tristeza es un sentimiento. En este caso, lo triste de este culebrón que vivimos es la manipulación, sin el menor asomo de culpa o de arrepentimiento, todo lo contrario. Lo triste es que se pueda manipular a una Ceuta que es de todos. Como es sabido, en los medios interesados se trata de “atacar”, sin sonrojo alguno, utilizando los graves problemas internos que hay en el PSOE ceutí.
