Emmanuel Macron, el presidente de Francia, ha tomado una decisión crucial para su gobierno: nombrar un nuevo primer ministro en las próximas 48 horas. Este anuncio se produce en un contexto de incertidumbre política, tras la moción de censura que derrocó al gobierno de Michel Barnier.
En una reunión con líderes de diversos partidos políticos en el Palacio del Elíseo, Macron expresó su deseo de alcanzar un acuerdo que evite futuras mociones de censura. Un asesor presidencial, citado por AFP, indicó que no se ha establecido un ultimátum sobre la no censura del futuro ejecutivo, lo que abre nuevas posibilidades para el presidente.
Macron también subrayó su intención de no depender del apoyo de la extrema derecha ni de la extrema izquierda. En este sentido, ha solicitado a los partidos moderados que acuerden un pacto de no agresión. La Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen y La France Insoumise de Jean-Luc Mélenchon no participaron en la reunión, lo que refleja las tensiones políticas actuales.
François Bayrou, líder del Movimiento Demócrata (MoDem) y uno de los favoritos para ocupar el cargo de primer ministro, describió la reunión como ‘inesperadamente positiva’, destacando un ambiente constructivo. Sin embargo, Olivier Faure, jefe del Partido Socialista, señaló que aunque las discusiones fueron interesantes, no se llegó a conclusiones definitivas.
Por otro lado, Laurent Wauquiez, líder de los diputados de Derecha Republicana, manifestó su esperanza de alcanzar un acuerdo que evite la caída del ejecutivo, pero descartó alianzas con partidos que no compartan sus valores. Marine Tondelier, líder de Los Verdes, criticó la postura inflexible de Macron durante las conversaciones.
El presidente francés también ha manifestado su deseo de evitar la disolución del Parlamento antes de que finalice su mandato en 2027. Esta decisión se produce en un momento crítico, ya que el gabinete debe aprobar una ley de urgencia para prorrogar el presupuesto de 2024, tras el rechazo del proyecto de ley de 2025 junto al gobierno de Barnier.
En resumen, Macron se enfrenta al desafío de consolidar su gobierno en un entorno político complejo, buscando un equilibrio entre diversas fuerzas políticas mientras evita depender de los extremos. Su capacidad para lograr un consenso será crucial para la estabilidad de su administración en los próximos años.