El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha viajado a Moscú para asistir a una fastuosa celebración organizada por el mandatario ruso, Vladímir Putin. El evento contará con la presencia de varios aliados internacionales, entre ellos el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel; el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva; y el presidente chino, Xi Jinping.
La cumbre no solo refuerza los lazos diplomáticos entre Rusia y sus socios estratégicos, sino que también envía un mensaje de unidad frente a las crecientes tensiones globales con Occidente. La visita de Maduro se enmarca en una agenda más amplia de cooperación económica, energética y militar entre Caracas y Moscú.
Uno de los grandes ausentes será el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega. En su lugar, ha enviado a su hijo Laureano Ortega Murillo, quien ha ido ganando visibilidad como figura clave en el aparato político nicaragüense y es considerado por muchos como el sucesor natural de su padre.
El evento, que ha sido interpretado como una muestra de fuerza por parte del Kremlin en medio del aislamiento internacional tras su invasión a Ucrania, busca subrayar la influencia global que aún conserva Rusia gracias a sus alianzas estratégicas con América Latina y Asia.
