La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) vuelve a estar en el ojo del huracán. Cuando todo apuntaba a un periodo de estabilidad con la llegada de Rafael Louzán a la presidencia, la polémica por la selección de sedes para el Mundial 2030 ha provocado un nuevo terremoto en la organización. La primera víctima de esta crisis ha sido María Tato, exmanager de la candidatura, quien ha decidido apartarse del cargo y ha dado su versión sobre lo sucedido.
“No me han despedido, me aparto por la presión”
En una entrevista en El Larguero de la Cadena SER, María Tato desmintió que su salida fuera un despido: “No me han despedido. He puesto mi cargo a disposición de la RFEF porque no soy capaz de aguantar la presión”. Además, calificó toda la polémica como “algo manipulado e injusto”, asegurando que su decisión ha sido fruto de un acuerdo con la Federación: “En las negociaciones todo ha acabado como un cese. He decidido apartarme porque no quiero seguir en este foco”.
Uno de los principales puntos de conflicto ha sido la exclusión de Vigo y San Sebastián de la lista de sedes candidatas al Mundial 2030. Al respecto, Tato aclaró que el documento filtrado era un “borrador de trabajo” en el que se penalizó erróneamente a Anoeta y el RCDE Stadium: “Esos campos no necesitan intervención para ser sede y por eso pasaron de 15 a 20 puntos. No necesitan ser penalizados”.
Una crisis marcada por la guerra entre la RFEF y el CSD
Más allá del conflicto por las sedes, María Tato vinculó su salida a la tensa relación entre la RFEF y el Consejo Superior de Deportes (CSD). Según explicó en una entrevista con El Mundo, la presión política ha influido en los acontecimientos: “Soy un daño colateral de esta guerra abierta”. Desde el Gobierno español, no han ocultado su rechazo a la presidencia de Louzán, así como anteriormente a la de Pedro Rocha, lo que ha agudizado la crisis dentro de la Federación.
“No ha habido irregularidades”
A pesar de la controversia, la exmanager de la candidatura defendió la transparencia del proceso: “No ha habido ninguna irregularidad”. Asegura tener pruebas que respaldan su versión y que los cambios en la valoración de los estadios fueron justificados: “Tengo todos los mails y todas las pruebas de que digo la verdad”.
Por último, Tato quiso dejar claro que su salida no se debe a un mal trato por parte de la RFEF: “Sí, sí se ha portado bien, por supuesto que sí. No tengo absolutamente ninguna crítica ni de este presidente ni del anterior, ni de los compañeros que tengo. Es una decisión que he tomado yo”.
Su marcha supone una nueva sacudida para la Federación en un momento clave de cara a la organización del Mundial 2030. Con la presión de UEFA y FIFA para que todo salga según lo previsto, la RFEF sigue envuelta en un clima de incertidumbre.
