Durante la sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas, que tiene lugar en una ciudad emblemática de la diplomacia internacional, el fútbol tuvo un protagonismo destacado. Este jueves en Nueva York, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, mantuvo un encuentro con los principales líderes de Marruecos, España y Portugal, las tres naciones que compartirán la organización de la Copa Mundial de la FIFA 2030.
El primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el ministro portugués de Asuntos Exteriores, Paulo Rangel, acompañaron a Infantino en un diálogo que trascendió los aspectos logísticos del evento deportivo. Se abordaron no solo cuestiones relacionadas con los estadios, las ciudades anfitrionas y las infraestructuras necesarias, sino también la construcción de un relato común entre los tres países, vinculados por su historia, cercanía geográfica y una profunda pasión por el fútbol.
Infantino calificó el torneo de “excepcional”, destacando que será el primer Mundial organizado entre dos continentes y tres países vecinos que, desde las costas del Atlántico, pretenden transmitir al mundo un mensaje de convivencia, modernidad y respeto por la tradición.
En esta ocasión, el fútbol cumplió nuevamente la función de puente. En un contexto global complejo, Marruecos, España y Portugal enfatizaron su compromiso conjunto de proyectarse hacia el futuro mediante el deporte. La reunión en Nueva York representa solamente el inicio de lo que se anticipa como un proceso colaborativo de cara a 2030, cuando el mundo volverá a centrarse en la emoción del Mundial.