El PSOE en Extremadura atraviesa un momento complicado. Miguel Ángel Gallardo ha anunciado este lunes su dimisión como secretario general de la formación en la región, responsabilizándose por los resultados electorales del domingo, que calificó como un «descalabro considerable». El partido ha perdido más de 100.000 votos y alrededor de diez escaños, un revés sin precedentes en una comunidad donde el PSOE había gobernado 36 de los 42 años de autonomía democrática.
Esta decisión se adoptó durante una reunión urgente de la Ejecutiva regional en Mérida, donde se discutió un contexto en el que Vox se impuso al PSOE como segunda fuerza en localidades importantes como Badajoz.
Factores detrás de esta derrota
Diversos elementos influyeron en la renuncia de Gallardo pocos meses después de su victoria en las primarias:
• El «Caso David Sánchez»: La imputación de Gallardo en la causa que investiga el supuesto favoritismo hacia el hermano del presidente del Gobierno en la Diputación de Badajoz representó un obstáculo insuperable. Se espera que el exsecretario general comparezca en mayo ante la Audiencia de Badajoz por presuntos delitos de tráfico de influencias y malversación.
• Pérdida de bastiones: Incluso en Villanueva de la Serena, su municipio natal donde fue alcalde durante casi veinte años, la derecha superó al PSOE.
• Distanciamiento con Ferraz: Tras vencer a la candidata respaldada por la dirección nacional en las primarias, Gallardo mantuvo una relación compleja con el entorno de Pedro Sánchez, manteniéndose crítico con algunas decisiones del Gobierno central.
¿Abstención para facilitar un gobierno del PP?
La reunión estuvo marcada por la presencia del histórico expresidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien planteó la abstención del PSOE para posibilitar la investidura de María Guardiola (PP) y evitar que Vox participe en el gobierno regional.
No obstante, Gallardo expresó dudas respecto a esta propuesta, aclarando que la decisión dependerá de la gestora que liderará el partido en adelante. Personalmente, indicó que el PP debería gobernar junto a la derecha al no haber logrado mayoría absoluta.
Perspectiva judicial y política
Aunque deja el liderazgo del partido, Gallardo confirmó que mantendrá su escaño en la Asamblea de Extremadura. Esto le brinda una plataforma política mientras se enfrenta al juicio en mayo, el cual él considera fruto de una denuncia infundada.
Con su salida, el PSOE extremeño deberá afrontar un proceso de renovación profunda para detener la desafección de su electorado, que por primera vez en décadas ha optado mayoritariamente por un cambio de ciclo encabezado por el Partido Popular.


