Hoy se cumple el día 1.390 desde que Rusia inició la invasión en Ucrania, un conflicto que sigue generando inquietud a nivel mundial y afectando a numerosas personas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha rechazado las demandas ucranianas relacionadas con las garantías de seguridad que su país solicita, manteniendo una postura inamovible ante posibles negociaciones.
En tanto, Volodymyr Zelenski, líder de Ucrania, sostiene que posee un documento que certifica las garantías de seguridad proporcionadas por sus aliados, lo que evidencia la búsqueda de respaldo internacional frente a la agresión.
Un tema delicado es la central nuclear de Zaporiyia, que Rusia reporta funcionando actualmente con una única línea eléctrica externa, lo cual implica un riesgo considerable dada la situación de conflicto en la zona.
Las Naciones Unidas han expresado preocupación por la situación cada vez más difícil que enfrentan los civiles en Ucrania, resaltando el sufrimiento persistente a casi cuatro años del inicio del conflicto, y subrayando la necesidad urgente de una resolución pacífica.
Volker Turk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, ha advertido que, pese a los esfuerzos diplomáticos, el enfrentamiento se agrava, con un aumento del 24% en las víctimas civiles durante los últimos meses en comparación con el año previo.
Aunque hubo solicitudes de un alto al fuego durante la Navidad, el Kremlin descartó esta posibilidad, argumentando que una pausa podría permitir a Ucrania reagruparse y proseguir con las hostilidades. Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, expresó claramente la negativa de Rusia a ceder en el conflicto.
Recientemente, Vitaly Klichkó, alcalde de Kiev, informó que las defensas antiaéreas de la capital han sido activadas ante la alerta de un posible ataque con drones por parte de Rusia, reflejando la persistente preocupación por la seguridad regional y la necesidad de estar preparadas ante nuevas amenazas.
