Durante la sesión del miércoles en el Congreso de los Diputados, el debate político se intensificó notablemente. Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, lanzó una contundente acusación contra el presidente Pedro Sánchez, tachándolo de «líder de una manada corrupta», en alusión a las investigaciones que afectan al entorno del Ejecutivo socialista.
La réplica del presidente no se hizo esperar. Sánchez devolvió las críticas apuntando a los principales dirigentes del PP, señalando a Isabel Díaz Ayuso, Juanma Moreno Bonilla, Alfonso Rueda, Carlos Mazón y Alfonso Fernández Mañueco por supuestamente «proteger escándalos» en sus regiones. «Deberían hablar de corrupción cuando primero limpien en su propia casa», replicó.
En vez de apaciguar el ambiente, Sánchez defendió la gestión de su Gobierno al afirmar que «España está atravesando un momento extraordinario» bajo su liderazgo, contraponiéndolo a una oposición que calificó de «hipócrita y destructiva».
Este intercambio demuestra la creciente polarización política y el aumento del tono confrontativo en el Parlamento, a pocos meses de una posible cita electoral.
