El Mando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (Southcom) informó recientemente sobre la realización de ataques aéreos en el Pacífico oriental, que provocaron la muerte de cinco personas. Este avance señala un progreso en la campaña contra el narcotráfico impulsada por el presidente Donald Trump, la cual ha cobrado más de cien vidas desde su inicio.
La Fuerza Operativa Conjunta ‘Lanza del Sur’ confirmó haber ejecutado operativos letales contra dos embarcaciones relacionadas con organizaciones consideradas terroristas. Estas acciones fueron autorizadas por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, basándose en inteligencia proporcionada por agencias estadounidenses.
El informe señala que en el primer barco fallecieron tres individuos y en el segundo dos más, sin reportarse bajas entre las tropas estadounidenses. Las embarcaciones interceptadas transitaban por rutas reconocidas por actividades vinculadas al narcotráfico, según la evaluación de los servicios de inteligencia.
El Pentágono también dio a conocer otras muertes ocurridas durante la misma semana, incrementando el total de víctimas a más de cien. Esta operación, dirigida contra lo que Washington denomina “narcolanchas”, forma parte de una estrategia más amplia centrada en México y América Central, que ha generado críticas tanto internacionales como locales.
En medio de la creciente presión militar estadounidense en la región, varios líderes políticos han expresado su inquietud. Entre ellos, el presidente venezolano Nicolás Maduro calificó las acciones de EE.UU. como un intento de imponer un cambio de régimen en Venezuela.
Maduro hizo un llamado a la población estadounidense para que promuevan “las banderas de la paz”. Durante un acto en Caracas, denunció las intenciones de Washington, afirmando que su verdadero interés es controlar los recursos naturales del país, especialmente el petróleo.
Asimismo, la semana pasada se intensificaron las sanciones de Estados Unidos contra el gobierno de Maduro. La Casa Blanca anunció el bloqueo total de los petroleros sancionados que operen dentro o fuera de Venezuela, incrementando la presión económica sobre el Ejecutivo venezolano.
Además, el gobierno estadounidense añadió 29 buques y sus operadores a una lista de sanciones, acusados de pertenecer a la llamada “flota fantasma” de Irán, que supuestamente transporta petróleo y derivados en contravención a las normativas internacionales. Estas medidas han contribuido a agravar la tensión en la región caribeña.
Por su parte, el presidente colombiano Gustavo Petro respondió a las declaraciones de Maduro asegurando que su ejército no obedecerá órdenes de ningún país extranjero, mostrando la preocupación de Colombia por la posible influencia del conflicto venezolano en su estabilidad interna.
El enfrentamiento actual entre Estados Unidos y Venezuela refleja la complejidad del problema del narcotráfico en la zona, enmarcado dentro de una disputa geopolítica mayor. Las tensiones continúan en aumento y el futuro de las relaciones entre estos países sigue siendo incierto, mientras ambos mantienen posiciones firmes en sus discursos oficiales.


