El caso de Jeffrey Epstein, reconocido por delitos relacionados con abusos sexuales, continúa siendo foco de atención y debate público. Recientemente, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha recibido del FBI y de una fiscalía de Nueva York cerca de un millón de documentos adicionales que se consideran esenciales para esclarecer los pormenores de este caso.
Funcionarios del Departamento de Justicia indicaron que disponen de un equipo legal que se encarga de examinar y realizar las modificaciones necesarias en los documentos para garantizar la protección de las víctimas. En un comunicado difundido en su cuenta de la red social X, destacaron: «Contamos con abogados trabajando arduamente para revisar y aplicar los ajustes legales requeridos para proteger a las víctimas, y publicaremos los documentos a la brevedad. Debido al gran volumen, este trámite podría extenderse varias semanas más».
En noviembre pasado, el Congreso estadounidense aprobó una ley que requería la publicación de toda la documentación no clasificada relacionada con el caso Epstein antes del 19 de diciembre. No obstante, en esa fecha el Departamento de Justicia solo pudo liberar una pequeña parte de los archivos, entre ellos imágenes del expresidente Bill Clinton junto a Epstein. La administración justificó esta situación alegando que la cantidad de material era demasiado extensa para revisarla en el plazo estipulado.
Esta demora generó críticas tanto de legisladores opositores demócratas como de las víctimas, quienes manifestaron su descontento por la falta de transparencia y la gestión de la información. Entre los documentos publicados recientemente, destaca nuevamente la mención de Donald Trump, vinculado por haber viajado en varias ocasiones en el avión privado de Epstein.
Los registros actuales indican que Trump usó ese avión al menos en ocho ocasiones, aunque hasta ahora no hay evidencias que lo relacionen directamente con los delitos sexuales cometidos por Epstein. Esta conexión ha despertado especulaciones y renovado el interés sobre su relación con el empresario financiero.
Aunque Trump mantuvo una amistad con Epstein hasta 2004, mucho antes de que surgieran las acusaciones de explotación sexual, ha procurado distanciarse del caso. Inicialmente se mostró renuente a la publicación de los documentos, pero finalmente apoyó la iniciativa tras la amplia aceptación que tuvo en el Congreso.
La difusión de los documentos ha estado marcada por ciertos filtros y censuras, lo que ha sido objeto de reproche por parte de algunos senadores republicanos que consideran que la falta de plena transparencia puede ocultar información sensible sobre figuras públicas. El caso Epstein sigue siendo un asunto delicado, especialmente con las elecciones de medio término previstas para 2026.
Mientras el Departamento de Justicia continúa revisando los documentos, el ambiente político se ha tensado. Crece la presión de la sociedad y los medios para que se revele toda la información, con el fin de esclarecer los vínculos de los involucrados y la magnitud de los crímenes. La atención sobre este tema no solo busca justicia para las víctimas, sino que también se ha convertido en un factor de discusión política con posibles implicaciones electorales futuras.
