La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha presentado una denuncia formal contra la plataforma de venta de entradas Ticketmaster ante el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, alegando que la compañía incurre en prácticas abusivas e irregulares en la comercialización de entradas para los conciertos del artista puertorriqueño Bad Bunny en España.
Según la OCU, los consumidores que han intentado adquirir entradas para los espectáculos se han encontrado con una estructura de precios que consideran opaca y desproporcionada. Aunque el precio base anunciado para algunas entradas era de 79,50 euros, en muchos casos los compradores terminaban pagando hasta 269,30 euros por una sola localidad. Esta diferencia se debe a una serie de cargos adicionales que, según la organización, no están debidamente justificados ni claramente explicados durante el proceso de compra.
Entre los recargos más polémicos se encuentran los denominados “gastos de gestión”, que alcanzan los 36,50 euros, un cargo VIP obligatorio de 150 euros en determinadas entradas, y una “donación” de 3,30 euros que aparece seleccionada por defecto y que, si el comprador no la desactiva manualmente, se suma automáticamente al importe total. La OCU considera especialmente grave que esta donación no sea voluntaria de forma explícita y visible, algo que podría vulnerar la legislación vigente sobre protección de los derechos de los consumidores.
Otra de las principales críticas de la organización se centra en el uso del sistema de “precios dinámicos” por parte de Ticketmaster. Este modelo, inspirado en estrategias empleadas en la industria de la aviación o la hotelería, ajusta el precio de las entradas en función de la demanda en tiempo real. Sin embargo, la OCU denuncia que la falta de transparencia en este mecanismo genera indefensión entre los consumidores, que no pueden prever cuánto costará finalmente una entrada ni en qué momento se producirá un cambio de precio.
En su denuncia, la OCU solicita al Ministerio que investigue el modelo de negocio de Ticketmaster, así como los posibles incumplimientos en materia de información al consumidor, publicidad engañosa y cláusulas abusivas. Asimismo, reclama la creación de una normativa específica que regule los recargos aplicables en la venta de entradas, con el objetivo de garantizar la transparencia y proteger a los usuarios frente a abusos.
La polémica llega en un contexto en el que cada vez más usuarios expresan su malestar por los procesos de venta de entradas online, especialmente para eventos de gran demanda. La OCU advierte que estas prácticas podrían convertirse en la norma si no se adoptan medidas regulatorias urgentes, y recuerda que ya en ocasiones anteriores se han producido quejas similares relacionadas con la venta de entradas para conciertos de artistas internacionales como Taylor Swift o Bruce Springsteen.
Por el momento, ni Ticketmaster ni los promotores del evento han respondido públicamente a la denuncia de la OCU. Mientras tanto, la organización de consumidores anima a quienes se sientan afectados por esta situación a presentar reclamaciones formales y a compartir sus experiencias para reunir más pruebas que respalden la investigación.
Polémica por los altos recargos en entradas de Bad Bunny: la OCU lleva a Ticketmaster ante Consumo
