La Unión Europea ha propuesto una reducción cercana al 20% en el presupuesto destinado al Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, una propuesta que ha generado inquietud entre especialistas, organizaciones sanitarias y asociaciones de pacientes. Este recorte se plantea en un momento en que la incidencia del cáncer está aumentando en Europa, afectando directamente las estrategias de prevención, investigación y tratamiento oncológico que los Estados miembros han intentado fortalecer recientemente.
Expertos alertan que esta medida pone en peligro los avances científicos y clínicos de la última década, a la vez que representa un riesgo para la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, los cuales están bajo presión por el incremento en diagnósticos y las desigualdades en el acceso a terapias innovadoras.
Un importante retroceso
La Fundación ECO fue una de las primeras organizaciones en manifestar su oposición a esta reducción presupuestaria. Su presidente, el doctor Jesús García-Foncillas, calificó la decisión como “un retroceso sanitario y social significativo”, enfatizando que el cáncer sigue siendo una de las principales preocupaciones de salud pública en Europa.
García-Foncillas destacó que el compromiso político y financiero con la lucha contra el cáncer no solo representa una obligación en términos de salud, sino también un imperativo social y económico que no puede retrasarse. Señala además que la disminución de recursos pone en riesgo los progresos en diagnóstico precoz, supervivencia y desarrollo de nuevas terapias.
Consecuencias para pacientes y sistemas sanitarios
Cada año, en Europa se detectan millones de nuevos casos de cáncer. Desde la Fundación ECO subrayan que mantener la financiación para la prevención, detección temprana, tratamiento y seguimiento ha demostrado mejorar los resultados clínicos y proporcionar beneficios duraderos a los sistemas sanitarios.
El doctor José María Martín-Moreno, director de Políticas Sanitarias Europeas y Globales de la Fundación, advierte que el recorte no solo limita la capacidad de los Estados miembros para aplicar las medidas previstas de prevención y control, sino que también debilita a los sistemas de salud pública en su objetivo de reducir desigualdades.
Asimismo, señala que la propuesta transmite “un mensaje preocupante” para la comunidad científica y sanitaria europea. Enfatiza que Europa no puede retroceder en un campo donde tiene liderazgo a nivel global y que es esencial para la capacidad de respuesta ante futuras crisis sanitarias.
Petición para reconsiderar la decisión
Ante esta situación, la Fundación ECO ha solicitado a las instancias europeas que reconsideren esta propuesta y mantengan el compromiso financiero con las personas afectadas por el cáncer. Subrayan que la continuidad en la lucha contra esta enfermedad requiere una financiación acorde a la magnitud del reto, ya que renunciar a ello implicaría aceptar un progreso desigual en innovación.
Aunque la propuesta debe aún ser debatida en las instituciones europeas, el sector sanitario ha dejado claro que reducir la inversión representaría un obstáculo significativo para uno de los principales esfuerzos de salud pública en Europa.



