El Ejecutivo vive un periodo de tensión a raíz de la filtración de conversaciones entre el exministro José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García, en las que se aluden a reuniones con prostitutas. Estas grabaciones han generado inquietud tanto en el Gobierno como en la dirección del PSOE, que temen un efecto perjudicial para la imagen del partido, especialmente entre las mujeres que conforman parte de su electorado.
Este asunto surge en un momento delicado: en las elecciones generales de 2023, el 60% de los votantes del PSOE fueron mujeres, un dato destacado internamente y que ahora añade presión a la gestión política del caso. Desde el partido expresan preocupación por las consecuencias posibles y por el impacto que podría tener en la credibilidad de una formación que ha promovido la igualdad de género como un pilar fundamental.
Aunque la dirección del PSOE mantiene un silencio formal, en privado se consideran medidas para limitar el desgaste político y mediático. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sigue atentamente la evolución de los hechos, consciente de que la situación puede tener repercusiones más allá del ámbito judicial.
